Pretextando un malentendido, el gobernador de Veracruz Javier Duarte de Ochoa no acudió ayer a la Secretaría de Gobernación (Segob) para encontrarse con Araceli Salcedo Jiménez –la madre de una desaparecida, quien lo increpó el 23 de octubre– y representantes de colectivos de familiares de personas desaparecidas.
Según Salcedo, el gobierno de Veracruz informó que “no fue avisado” que la reunión se llevaría ayer miércoles, pero la mujer expresó sus dudas sobre la validez del argumento, pues el gobierno de esa entidad envió a Ana Lilia Ulloa en su representación.
En la Segob los atendió el subsecretario de Derechos Humanos, Roberto Campa Cifrián, quien se comprometió a agendar reuniones entre los colectivos y la Procuraduría General de la República (PGR), junto con la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), así como a gestionar una reunión con Duarte en el Distrito Federal.
El funcionario también prometió que los casos de desapariciones que llevan los colectivos serán seguidos a nivel federal y que agentes federales acompañarán a los familiares de las víctimas en las mesas de trabajo que se realizarán en el estado.
El 7 de septiembre de 2012, la joven Fernanda Rubí, de 21 años, fue raptada en el Bulldog Bar de Orizaba –ubicado a unos 50 metros de la comandancia de la policía municipal– por cuatro sujetos, enfrente de la clientela y de los vigilantes del bar.
Desde ese día, Araceli no tiene noticia de su hija, y las autoridades veracruzanas no han dado algún resultado. Según la madre, el caso de su hija estuvo “plagado de irregularidades” desde un inicio, pues el Ministerio Público integró mal su expediente. “No hay atención, ni de primera ni de segunda”, lamentó.
El viernes 23 de octubre Salcedo reclamó al gobernador durante una visita que realizó a Córdoba para realizar spots promocionales.
La escena fue grabada y circuló ampliamente en las redes sociales, pues se puede observar la sonrisa indiferente del político ante la desesperación de la mujer, quien terminó por exigirle: “No se burle, quite su sonrisa, porque yo no vivo desde ese tiempo, señor”. En el video, Duarte continúa su camino e ignora a Salcedo.
Desde ese día la mujer sufrió una campaña de desprestigio que consistió en “toda clase de amenazas, acoso e intimidaciones”, denunció. El 25 de octubre, el periódico “El Buen Tono” publicó en sus ocho columnas un “reportaje” con base en “información exclusiva” –la declaración de un testigo anónimo– en el que vinculó a Rubí con la delincuencia organizada.
La indignación que generó el video obligó Duarte a ofrecer una disculpa pública en su cuenta de Twitter, el 28 de octubre. Además, invitó a Araceli a una reunión con él. La mujer solicitó que el encuentro se llevara a cabo fuera de Veracruz y que en él participaran otros colectivos y organizaciones de desaparecidos del estado.
Si bien los colectivos salieron ayer de la Segob con una serie de promesas, María Elena Herrera Magdaleno, madre de cuatro jóvenes desaparecidos entre 2008 y 2010, aseveró que durante sus siete años de búsqueda “el gobierno ha estado jugando con nosotros y es un juego más que perverso”.
“Nos lleva a su cancha, nos hace creer que nos va a dar una respuesta, que están trabajando. Pero sabemos que no están buscando a nuestros hijos. Sabemos también que tenemos que buscarlos nosotros mismos”, planteó la señora, al pedir la “ayuda” de la sociedad en “alzar la voz y a protegernos”.
“Exijo que se investiguen a los funcionarios que entorpecen la investigación”, planteó Salcedo, al exhortar: “No más dilaciones, no más engaños”.
Mientras, los colectivos declararon que responsabilizan al gobierno de Duarte y a su administración si algo llegara a pasarlr a Salcedo y a los demás integrantes de los colectivos.
Fuente: Proceso
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