Con esta enzima es posible degradar plásticos en cuestión de semanas
Este método es amigable con el medio ambiente, ya que regresa a él las moléculas que conforman los productos plásticos para su reutilización
El Departamento de Alimentos y Biotecnología (DAyB) de la Facultad de Química de la UNAM trabaja en conjunto con el sector empresarial para la solución de problemas específicos, como el consumo excesivo de envases de plástico que generan una cantidad importante de contaminantes.
Ante ello, las investigadoras Amelia Farrés González Sarabia y Carolina Peña Montes desarrollaron un método para degradar plásticos en cuestión de semanas y no esperar los 500 años que tardarían en desaparecer.
“Trabajamos con la degradación de los residuos plásticos aplicando tecnología amigable al medio ambiente, es decir, contribuyendo con la economía circular, regresando a la naturaleza las moléculas que conforman los productos plásticos para que puedan ser reutilizados”, explicó Farrés González.
Para este proceso, según la publicación de UNAM Global, las investigadoras aislaron los genes del hongo Aspergillus nidulans que sirven para “producir” la enzima cutinasa, para penetrar la cutícula de las plantas e infectarlas.
Posteriormente los introdujeron en la levadura Pichia pastoris con la finalidad de producir cutinasa en mayores cantidades y probar su actividad en la degradación de plásticos.
Estas enzimas hacen reacciones químicas a temperatura ambiente, incluso en condiciones más “suaves” que otros métodos de tratamiento del plástico, como el térmico o el químico, por lo que este proceso no es contaminante, es económico y sustentable.
Cabe mencionar que este método sólo funciona en plásticos que tienen en su formulación química enlaces éster, como lo son el tereftalato de polietileno (PET), el ácido poliláctico (PLA), policaprolactona (PCL).
Además los plásticos primero deben ser tratados térmica, químicamente o por molienda. Posteriormente se tienen que poner en un medio acuoso con la enzima para que rompa los enlaces éster del polímero.
Para terminar, se aplica un proceso de precipitación química y extracción líquido-líquido para recuperar únicamente los monómeros, los cuales pueden volver a ser utilizados para fabricar plástico, pero a diferencia del reciclaje normal, donde la estructura está “dañada”, este método no presenta límites para su reutilización.
La investigadora prevé que en cinco años esta tecnología esté disponible para resolver el problema de los residuos plásticos en el mundo, ya que según la Unión Europea si la producción continúa en el 2050 habrá más basura que peces en los océanos.
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