“La corrupción es escandalosa y no hay amor a la patria”, fueron algunas de las palabras que pronunció el astronauta Rodolfo Neri durante la Sesión Solemne en la Cámara de Diputados en donde se le hizo entrega de la medalla al mérito cívico “Eduardo Neri y legisladores de 1913”. Durante ese discurso Neri Vela expresa su sentir respecto al México en el que vivimos actualmente a 30 años de su viaje al espacio exterior.
Criticó fuertemente a la clase política y a los empresarios del país señalando que la corrupción de estos se ha incrementado escandalosamente y con descaro.
“No hay valores, no hay amor a la Patria, no hay generosidad hacia los millones de pobres y analfabetas que abundan en el territorio nacional. Hay mucha simulación, la impunidad está a la orden del día. Por eso los mexicanos creemos menos en quienes nos gobiernan”.
Las palabras de Neri Vela no necesitan de un debate para darnos cuenta que están llenas de conciencia de la situación por la que estamos atravesando en México. Evadir la realidad no la cambia ni la desaparece. La guerra despiadada del gobierno en contra el pueblo no es solamente mediante las armas sino también con la ideología. Se pretende inspirar a las nuevas generaciones del país con ejemplos de éxito en la farándula, en el deporte y con empresarios corruptos.
En los últimos años se ha venido relegando del pensamiento mexicano las glorias pasadas de nuestro pueblo. La conmemoración de la Revolución Mexicana está siendo sustituida con prácticas de consumo importadas como el Buen Fin. Hazañas de trascendencia nacional como la expropiación petrolera en tiempos de Lázaro Cárdenas ha sido sustituida por la rapiña neoliberal de Enrique Peña Nieto solapada dentro del país y fomentada desde el exterior.
“Corrupción e impunidad traen consigo violencia, muerte e inseguridad y la sociedad cada vez respeta menos a las autoridades […] sin petróleo o con precios muy bajos, sin remesas ¿Que le queda a México? […] El turismo está en peligro, en parte por la inseguridad”.
Es evidente que a la élite que gobierna el país no le interesa que los mexicanos se inspiren con buenos ejemplos para conseguir sus metas personales. El amor por la patria ha venido a menos gracias a los bombardeos ideológicos infiltrados en contenidos de entretenimiento en televisión y la informaciòn sesgada en medios de comunicación.
¿Por qué somos un país de agachados?, principalmente por falta de compromiso ético y moral de los mexicanos con la patria. Porque ni siquiera hay voluntad para considerar que otro país es posible y por no tener claro que para que las cosas mejoren en México, es necesario que unos pocos bajen varios escalones para que muchos otros puedan subirlos.
-Manuel Tenedor
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