Por Manuel Tenedor*
El Impeachment en contra de la presidenta Dilma Rousseff en Brasil es una ni tan nueva modalidad de Golpe de Estado orquestado por la oposición que pretende derrocar a una gobierno legítimo elegido por elección popular y para instaurar a uno nacido de la conspiración. Esto llevaría al vicepresidente Michel Temer a ocupar el puesto de presidente con una imagen negativa del 61% y apenas el 1% de intención de voto para 2018.
Este tipo de Golpe no es nuevo en la historia reciente de América Latina. En 2012 sucedió algo muy parecido contra Fernando Lugo en Paraguay, anteriormente en 2009 contra Manuel Zelaya en Honduras y buscan hacer lo mismo con Nicolás Maduro en Venezuela.
Cabe mencionar que de los 38 diputados de la Comisión de Impeachment que aprobaron llevar la votación a la Cámara, 35 de ellos están bajo proceso de investigación por actos de corrupción. Según Transparencia Brasil el 53% del total de diputados también están siendo investigados por corrupción. El politólogo argentino Juan Manuel Karg opina que dentro de las verdaderas intenciones detrás del Impeachment están cerrar el caso Lava Jato (Lavado de Autos) e intentar maximizar las ganancias de grandes grupos empresariales.
El Impeachment que prácticamente es un “juicio de desafuero” pretende enjuiciar a Dilma por hacer ampliaciones al presupuesto público sin aprobación del Congreso pero durante la votación en la Cámara, algunos diputados omitieron tal acusación y defendieron su voto con razones absurdas: “por Dios” “por mi familia” “por los militares del (Golpe de) 1964”, “por los evangélicos”, “por mi esposa”, “por mi nieto”, etc. La periodista brasileña Maria Martin señala que: “La defensa de la familia, de la propiedad, de Dios y del orden en manos de los militares mostraron la verdadera foto del Congreso más conservador desde 1985 y sugirieron, de paso, que nadie se leyó el informe con los fundamentos jurídicos que justificarían el delito de responsabilidad, necesario para la caída de Rousseff”.
No hay que engañarnos. Estos argumentos utilizados evidencian por completo que el bienestar del pueblo brasileño no es prioridad para los que están promoviendo el juicio a Dilma. La escritora guatemalteca Ilka Oliva, considera que: “es fácil que el neoliberalismo se cuele por las fisuras culturales y políticas en los latinoamericanos debido a que somos un continente de mente colonizada, clasista y segregacionista”.
Los procesos de integración regional en AL están siendo amenazados por el estancamiento de la izquierda latinoamericana, la corrupción, la desestabilización política desde afuera y el retorno violento de la derecha neoliberal. Entiendo que para muchos es incomodo el término imperialista o incluso creen que es un cuento cubano de los 60’s pero está más presente que nunca ante la gestación de un nuevo Plan Cóndor en la región con el objetivo de derrocar gobiernos democráticos incómodos a ciertos intereses y así desarticular tal integración. Ya lo decía Simón Bolívar, “más que por la fuerza, nos dominan por el engaño”.
Aprovecho este espacio para externar mis condolencias y solidaridad con las víctimas del terremoto en el país hermano del Ecuador. #FuerzaEcuador
*Twitter: @ManuelTenedor
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