El manual no habla directamente de abusos sexuales, sino de “señales equívocas” o de “hechos dolorosos”
La emisión del polémico manual se da justo cuando el Vaticano impulsa una limpieza histórica en la Iglesia chilena y la Fiscalía mantiene una investigación al respecto
La Iglesia Católica en Chile prohibió a sus sacerdotes dar “abrazos demasiado apretados”, “dar palmadas en los glúteos, tocar el área de los genitales o el pecho”, “dar masajes”, “besar en la boca” o “recostarse o dormir junto a niños, niñas o adolescentes”.
La instrucción fue firmada por el arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati, a quien se le señaló de encubrir casos de pederastia.
Dicho manual no habla directamente de abusos sexuales, sino de “señales equívocas” o de “hechos dolorosos”, situación que fue duramente criticada y que obligó a la Iglesia a retirar el documento de su web a las pocas horas de haberlo publicado.
El manual llevaba el título de Orientaciones que fomentan el buen trato y la sana convivencia pastoral, mismo que fue emitido de manera preliminar, ya que la versión definitiva vería la luz en abril de 2019, según explicó el propio Ezzati en la introducción.
En el capítulo dedicado a las “muestras de afecto”, prohíbe a sus sacerdotes “abrazar por detrás”, “luchar o realizar juegos que implican tocarse de manera inapropiada”, así como “cualquier expresión de afecto que el niño, niña, adolescente y personas vulnerables no aceptan y rechazan”.
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Asimismo, recomendó “utilizar el tacto solamente según lo apropiado o según lo permitido por la cultura local”. Mientras que en otro de los apartados hizo referencia a “las conductas que pueden ser malinterpretadas y que, por lo tanto, hay que evitar”.
En este sentido, indicó que los clérigos no deben “violar la privacidad, mirando o sacando fotos, mientras los niños, niñas, adolescentes o personas vulnerables estén desnudos, se visten o se duchan” o “usar lenguaje inapropiado y soez”, por lo que “cualquier material sexualmente explícito o pornográfico es absolutamente inadmisible”.
Tras el retiro de dicho manual, el arzobispado indicó que se trataba de un instrumento de trabajo basado en estándares internacionales, pero que “se corregirán ciertos contenidos que fueron traducidos de forma literal y que no son adecuados o que se prestan para interpretaciones incorrectas”.
“Presentamos las disculpas del caso y publicaremos una nueva versión en el más breve plazo”, enfatizó Ezzati a través de un comunicado, retomado por El País.
Al respecto, las víctimas de pederastia calificaron al manual de “vergonzoso”. Jaime Concha, quien sufrió abusos de religiosos en su colegio, opinó que el mismo “demuestra claramente que la Iglesia no entiende nada de esta tragedia. Es indignante”.
“No son muestras de cariño, sino delitos contra niños, niñas y adolescentes. Es lo que nos hicieron a nosotros cuando nos atacaron sexualmente”, agregó el ahora médico.
La emisión del polémico manual se da justo cuando el Vaticano impulsa una limpieza histórica en la Iglesia chilena y la Fiscalía de ese país mantiene 126 causas abiertas por abusos sexuales cometidos por religiosos contra menores en esa nación.
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