En México, de acuerdo a la expresión popular “de un día para otro”, puede suceder lo inexplicable. Ya decía el pintor Salvador Dalí: “No soporto estar en un país más surrealista que mis pinturas”.
Le pongo un par de ejemplos: este martes circuló un video del gobernador de Chiapas, Manuel Velasco (ese güerito de ojos claros quien ha gastado bastante dinero para posicionar su imagen) donde abofeteaba a uno de sus asistentes.
El humor saturó las redes y con ese mismo humor se “resolvió” el problemita: el gober se dejó cachetear y dos veces. ¡Cuánto talento hay en el equipo de comunicación social del estado más pobre del país!
El mismo día, más tarde, aparece otra noticia, ahora del presidente Enrique Peña Nieto. Mire usted, ahora resulta que EPN tiene otra propiedad. Buen gobernante no es, pero ¡ah, qué bueno salió para comprar casas! Como el humor ya se había agotado en el asunto de Chiapas, surgió la indignación y creo yo con justa razón.
Pero esos dos casos no son los únicos, ni los más graves. ¿Le suena el nombre de César Duarte? Es el gobernador de Chihuahua que al parecer de un día para otro se volvió rico y casualmente en el mismo lapso el estado se volvió el más endeudado del país.
Don Duarte ahora es acusado de corrupción, de peculado y enriquecimiento ilícito por funcionarios públicos de oposición y activistas. Y como en esta situación ya no cabe el humor, ni la indignación, póngale el sustantivo que más le guste.
Ahora le pregunto, ¿cuál es la similitud entre estos tres casos? Cuestione cómo el gobernador del estado más pobre de todo el país puede gastar millones de pesos en autopromoción; ¿cómo el Presidente puede poseer propiedades valuadas en cifras mayores a los seis dígitos?, ¿cómo César Duarte, al pasar de un cargo a otro, posee 80 mil millones de pesos? ¿de dónde sale ese dinero?.
El ejercicio reflexivo es bueno, mas no suficiente, échele un par de neuronas más que para eso están. El proceso para las votaciones es muy fácil: usted vota, se pierden unas cuantas boletas en el conteo y alguien gana, porque así es. Pero no lo digo para desanimarlo, sino al contrario, para incentivarlo. Alguien tuvo que haber votado por Velasco, Peña y Duarte, y previo a eso, alguien también tuvo que haber investigado sus declaraciones patrimoniales.
La estructura gubernamental ha escondido durante mucho tiempo a gobernantes, incluso peores que los ejemplos que le acabo de resumir, que de un cargo a otros se vuelven ricos. No se conforme con propuestas, exija declaraciones patrimoniales, de intereses y de impuestos (lo invito a conocer el portal de Transparencia Mexicana http://www.tm.org.mx/ )
Que no le pidan el voto, que se lo ganen.
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