Joven denuncian muerte de su esposa debido a unauprpresun negligencia médica
Aunque Abisai preguntó si el embarazo podía ser interrumpido para dar mejor tratamiento a su esposa, los médicos dijeron que eran procesos independientes
La falta de seguimiento de protocolos médicos causaron la muerte materna de una joven en un hospital del IMSS en 2014, por lo que ahora su esposo reclama justicia.
De acuerdo con una publicación de Animal Político, Abisai Villalobos Martínez y el Grupo de Información en Reproducción Elegida (GIRE) denuncian que los médicos dieron prioridad al embarazo de la joven, identificada como Haide Noemí León Paz, en lugar de dar tratamiento a sus problema de salud contraviniendo los protocolos médicos establecidos.
Aunque el estado de salud de Haide era grave, los médicos no interrumpieron el embarazo como debió proceder y después de ser llevada a dos hospitales, ambos del IMSS, Haide murió en el Centro Médico Nacional La Raza tras sufrir al menos cuatro infartos luego de varias horas perdidas tras su ingreso al área de urgencias, detalla el reporte de GIRE.
Los hechos ocurrieron el 12 de octubre de 2014, cuando Haide, de 26 años, fue llevada a la clínica 40 del IMSS en Azcapotzalco. Su esposo asegura que la joven “tenía los labios morados y el médico familiar solo le recetaba Ambroxol para tratar el malestar”.
Cómo su estado de salud empeoró, sus familiares la llevaron al Hospital de Gineco-Pediatría 3-A, donde detectaron que el problema en sus pulmones era grave, pero dicho hospital no contaban con el equipo médico necesario para atenderla por lo que el 16 de octubre fue trasladada al Centro Médico Nacional La Raza.
Aunque Haide llevaba cinco días con el malestar, únicamente recibió medicamentos que calmaban los dolores y estuvo conectada a un tanque de oxígeno.
Al momento de ingresar al Centro Médico Nacional La Raza, le comunicaron que no contaban con neumólogos disponibles en ese momento por lo que “la mantuvieron horas en una camilla y solo con un tanque de oxígeno”, relata su esposo.
Fue hasta las 2 de la mañana del día siguiente que fue ingresada e internada en terapia intensiva debido a la gravedad de su estado. Tras la valoración médica se determinó que un día después fuera intervenida nuevamente para colocarle un pulmón artificial, pues su condición de salud empeoraba.
Aunque Abisai insistió en preguntar a los médicos si el embarazo de su esposa era impedimento para que recibiera un tratamiento más fuerte que la ayudara a mejorar, ellos siempre contestaron que no había problema, pues eran procesos totalmente distintos.
“Preguntaba si la bebé estaba bien e incluso les dije que si tenían que interrumpir el embarazo para que Haide mejorara, yo lo autorizaba, pero los médicos siempre me dijeron que la bebé estaba bien y que el tratamiento que recibía mi esposa no se veía afectado por el embarazo”, asegura Abisai.
La operación para colocar el pulmón artificial se realizó el 18 de octubre. Haide sobrevivió a pesar de sufrir tres paros cardiacos durante la intervención. Sin embargo su salud empeoró al salir del quirófano y finalmente falleció un día después por otro paro respiratorio.
Tras la muerte de Haide, Abisai acudió a firmar “las hojas para autorizar una autopsia total al cuerpo de mi esposa ellos no me explicaron el proceso que seguirían. Horas después me entregaron el cadáver y pregunté si la bebé había sido extraída y me dijeron que no, que seguía dentro del cuerpo de Haide”, por lo que se realizaron los servicios funerarios.
Sin embargo, un mes después Abisai recibió una llamada del personal de patología de La Raza, donde le dijeron que aún tenían el cuerpo de su hija: “me preguntaron que si iría por ella o la desechaban”.
Fue entonces que Abisai buscó asesoría con GIRE. “Después intervino también la CNDH, se llevó a cabo una investigación y pude recoger el cuerpo de mi hija hasta un año y medio después”, cuenta.
La CNDH emitió una resolución posterior en la cual se informaba que los médicos habían hecho “todo lo posible” por salvar la vida de Haide desde que llegó al Centro Médico La Raza, por lo que no encontraban ninguna violación a los derechos humanos.
A decir del GIRE, quien buscó una segunda opinión médica del caso, el tratamiento médico para salvar la vida de Haide “se limitó debido al embarazo y no se administraron medicamentos que podrían haber brindado a la paciente una mejoría, además de que el beneficio para la madre era mayor, ya que se trataba de un embarazo de 24 semanas de Gestación considerado inmaduro y no viable”.
Con estas pruebas, Abisai solicitó a la CNDH reabrir el caso en 2015, argumentando que se dio prioridad al embarazo sobre la vida de Haide, además de exigir la reparación total del daño psicológico causado durante estos tres años.
Hasta hoy el caso continúa abierto, y Abisai busca justicia por la serie de errores cometidos en La Raza de los que nadie quiere hacerse responsable.
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