Es una obra que descifra el mensaje oculto en el cuadro de “La última cena” de Leonardo Da Vinci
Elisabetta Sangalli analizó la pigmentación símbolos ocultos en la ropa de Jesús y sus apóstoles
La historiadora Elisabetta Sangalli, realizó un análisis inédito de una de las obras más emblemáticas del artista Leonardo Da Vinci, “La última cena” o “el cenáculo” que se encuentra en el convento de Santa María delle Grazie, en Milán, Italia.
Leonardo e le dodici pietre del Paradiso (Leonardo y las doce piedras del paraíso) es la obra que expone el mensaje oculto en las piedras preciosas ocultas en la ropa de los doce apóstoles que participan en la última cena.
La profesora italiana identificó varios detalles en la obra de Da Vinci, comenzando con un broche pintado en el cuello de Cristo y posteriormente las piedras preciosas que dibujó en cada uno de los discípulos.
La historiadora Elisabetta, conocedora de la obra del genio renacentista, sabía que Leonardo siempre buscaba darle significado a sus obras por lo que comenzó descifrar el mensaje que ocultaban las piedras, investigando el simbolismo en tradiciones egipcias, judías y medievales.
De acuerdo con el estudio las piedras preciosas fueron asignadas a Jesús y sus apóstoles de acuerdo a sus carismas y personalidades.
Por ejemplo, a Jesús se le otorgó una piedra de esmeralda, “que es considerada portadora de paz y símbolo del renacimiento y que hasta la Edad Media se relacionaba con la regeneración”. Además de que era un símbolo propio “a la tribu Leví, que era la única que tenía acceso al sacerdocio”
Al discípulo San Juan se le asigna un diamante que refleja la pureza e luminosidad de su corazón, mientras que para San Andrés el zafiro representa a la Ciudad Celeste del Apocalipsis.
Para tener más resultados en su estudio, la historiadora Elisabetta Sangalli comparó la obra de Da Vinci de 1487 con las versiones de sus discípulos y otras copias para descifrar la pigmentación y simbología exacta de las piedras.
De acuerdo con el Antiguo Testamento eran doce las piedras del paraíso, pero Da Vinci solo plasmó ocho en su obra.
“La ultima cena” fue una pintura hecha para el convento de los dominicos y se cree que quien pidió que se colocaran estas piedras ocultas fue el sacerdote Vincenzo Bandello, un fiel estudioso del apocalipsis bíblico.
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