La noche del 15 de septiembre de 2014 será algo para recordar. No sólo fue uno de los gritos de Independencia más desangelados en años, sino que evidenció la crisis en la que se encuentra sumida la administración de Enrique Peña Nieto
Fue indigno que en los filtros de seguridad revisaran a niños y carreolas; fue indigno que el Estado Mayor Presidencial haya tenido que salir a las calles para salvaguardar la integridad de la hija del presidente, indigno que hayan tenido que llevar acarreados del Estado de México e Hidalgo para llenar el Zócalo. Indigno fue la actitud del mandatario y su familia. México por mucho, se merece algo mejor.
*Esta columna refleja sólo el punto de vista de su autor
POR: Leonardo Schwebel
@LeoSchwebel
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