Estamos a pocos meses de un nuevo periodo electoral. Y muchos de los integrantes del gabinete del estado de Jalisco, así como funcionarios municipales, están decididos a dar el brinco a nuevos cargos públicos.
Alcaldías, diputaciones, todo está en disputa. ¿Pero hasta dónde es moral y éticamente aceptable que estos políticos, a quienes se les encomendó una misión, de repente abandonen el trabajo que se les asignó? ¿cómo afecta esto el funcionamiento del aparato gubernamental?, pero lo más grave, ¿cómo afecta esto a la ciudadanía?
Temas prioritarios para el estado pasan a segundo plano debido a que el nuevo “hueso” es lo primordial para los funcionarios. Esto ya es para estar “hasta aquí”.
Esta columna refleja sólo el punto de vista de su autor
POR: Leonardo Schwebel
@LeoSchwebel
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