En dicha zona, ya trabaja un equipo integrado por 11 arqueólogos
El arqueólogo encargado aseguró que dicho descubrimiento no se ha visto impactado por las maniobras en el aeropuerto
En el terreno que albergará el nuevo aeropuerto de Santa Lucía, se hallaron vestigios teotihuacanos de complejos habitacionales, los cuales datan de entre los años 400 a 600 después de Cristo.
En dicha zona, ya trabaja un equipo integrado por 11 arqueólogos, así lo dio a conocer Salvador Pulido Méndez, director de Salvamento Arqueológico del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
“Se trata de complejos habitacionales de la época del esplendor teotihuacano, son “una serie de cuartos acomodados uno junto al otro, con patios interiores, con sistemas de captación de agua, con entradas restringidas, que estaban habitados por grupos que tenían una misma procedencia”, indicó Pulido.
“El INAH trabaja prácticamente sobre todo el aeropuerto de Santa Lucía, en cerca de 60 hectáreas, pero la zona donde está la unidad habitacional, por así decirlo, es un área de 60 por 40 metros, dos mil 400 metros cuadrados”, agregó.
El arqueólogo aseguró que dicho descubrimiento no se ha visto impactado por las maniobras en el aeropuerto militar de Santa Lucía.
“Estamos atentos a la construcción (de la nueva base aérea), en tanto que lo que observamos de los mamuts de Tultepec puede reproducirse (aquí)”, consideró .
Asimismo, sostuvo que por la investigación no será necesario frenar la construcción del nuevo aeropuerto, informó El Universal.
“Primero tenemos que observar la magnitud del hallazgo, las condiciones en que se encuentra y la ubicación con respecto al proyecto de construcción, depende del análisis que hagamos de cada una de estas variables y del impacto que puedan sufrir, de ahí se tomará la decisión en su momento”.
Pulido Méndez enfatizó que aunque la investigación formal inició hace dos meses, “antes se hizo un previo, un reconocimiento preliminar con el que nos dimos cuenta del potencial que puede tener la unidad habitacional”.
Arqueólogos y personal de campo laboran en la zona para determinar su ubicación exacta y su estado de conservación, para así definir la vocación de este espacio en particular, puntualizó el investigador del INAH.
“Todavía continuamos con la investigación y dependiendo de todas estas características se tomará una determinación, de qué es lo que haremos”, dijo.
Paredes, que son restos de casas son parte de los asentamientos arqueológicos localizados, “los muros acompañan fragmentos de cerámica, artefactos o herramientas de piedra lítica, a veces hay enterramientos dentro de los propios cuartos, no es nada descabellado que puedan encontrarse estos tipos de vestigios”, comentó el arqueólogo.
“Los primeros (vestigios) se observaron en la superficie y están (saliendo más debido a la excavación); hasta el momento no llevan más allá de 60 centímetros de profundidad”, concluyó Pulido Méndez.
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