Podrían pasar hasta 7 años en prisión.
Las faltas eran tan constantes que incluso se tuvo que modificar la ley.
Este miércoles concluyen los dos días de examen para los 9.4 millones de estudiantes que buscan ingresar a la universidad en China, y que pueden enfrentar una pena de hasta siete años de prisión si son descubiertos haciendo trampa.
Es la primera vez en la historia que hacer trampa en la prueba se considera una ofensa criminal.
Y es que ya se conocen varias formas en que los alumnos se ayudan en el test: con equipos inalámbricos ocultos para recibir respuestas, acceso a preguntas del examen online, personas que suplantan a los verdaderos aspirantes, y hasta presuntos arreglos con profesores.
Debido a que ya eran demasiado constantes y graves las acciones de los jóvenes, se modificó la Ley Criminal china, que a partir del pasado noviembre sanciona diferentes actos.
En todas las sedes de los exámenes se han tomado diversas medidas, y la más drástica parece corresponder a Beijing, donde ocho oficiales de policía se sitúan en cada centro donde se aplica la prueba para encargarse de las conductas sospechosas.
Fuente: Aristegui Noticias
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