Me he de comer esa tuna decía canción de Jorge Negrete donde se hacía referencia a Guadalajara en un llano y a México en una laguna; pero hoy en día después de lo ocurrido el pasado fin de semana Guadalajara se trasforma en un ¡ya no! Tal vez a la impunidad, a la inseguridad, a la violencia o pudiera ser todo lo contrario a un ¡ya no podemos hacer nada!
Sea lo que sea los bloqueos ocurridos en días pasados nos presenta una realidad donde México está en una laguna mental, olvidando los porqués de tales manifestaciones de caos e intimidación.
La población jalisiciencie se sorprendió de estos acontecimientos, muchos decían ¿Qué está pasando? ¿Por qué ocurre esto? ¿Por qué hoy que son vacaciones? Algunas preguntas tienen respuestas sencillas y otras se complican cuando se pretende utilizar la razón a lo ocurrido.
Paradojas de nuestro país como las hemos tenido desde siempre, ¿Qué nos sorprende? Acaso será que seguimos creyendo que en algún tiempo fuimos prósperos y sin un gobierno corrupto que viera por sus intereses. Será que entonces nos sorprende que nuestra supuesta sociedad sea víctima de algo ajeno a lo que ella misma ha creado y fomentado.
Interesante situación de los vándalos o criminales que causaron la parálisis de Jalisco, la Perla de Occidente, trabajando en temporada vacacional, mientras el congreso del estado disfrutaba de un desayuno o sentenciaba cosas sin mayor importancia referente al padre del gobernante del estado.
La población despotricando contra el gobierno, cómo era posible que no hicieran nada y Jalisco estuviera bajo estos actos de terror que en México llamamos narco bloqueos, con el fin de tratar de ocultar nuestra triste realidad, recentándonos una dosis de auto esperanza engañando a nuestra mente; el terrorismo no ocurre en México, no estamos en Afganistán o Irak, esto son solo narco bloqueos, menuda conclusión.
Ahora ya pasada la tempestad, o aparentemente eso es lo que se dice, analicemos el contexto, abramos un poco los ojos y observaremos que Guadalajara ¡ya no! Cree en nadie, mientras México está en la laguna mental, de en qué o quién creer. La población culpando al gobierno como si ésta estuviera ajena a lo ocurrido, como si la sociedad no cooperara o no tuviera responsabilidad en los actos perpetrados por bandas del crimen organizado.
Quién promueve al narcotráfico, esa es la pregunta y la respuesta la conoce perfectamente la sociedad: El consumo de drogas, el consumo de la narco cultura, idolatrar criminales y escucharlos en palenques, en sus hogares o haciendo gala de tales hazañas cuando suben el volumen de sus automóviles, para que todos conozcamos y “admiremos” a esos nuevos héroes.
Qué nos sorprende jalisiciences de que esto ocurra, nuestra sociedad feliz siendo cómplice de fiestas o eventos de estos personajes; presumir conocer a uno u otro es un orgullo, escuchar un narco corrido donde hable de muerte y destrucción parece un placer, y donde fumar “un gallito” es un chiste y un acto de valor.
Que compleja situación o tal vez mejor dicho que hipócrita situación; Cuántos de los que sufrieron los estragos de los bloqueos iban escuchando algún narco corrido y luego al verse afectado por lo acontecido se admiraron de tal atrocidad.
La laguna mental de México está en que cree o al menos se imagina que esto es culpa del gobierno, como siempre, y si no es el gobierno, son los gringos y si no fueron los españoles, pero nunca somos nosotros, siempre es alguien ajeno a nuestra sociedad que pregonamos está fundamentada en valores, pero que a todas luces se ancla en la frase del “que no tranza no avanza”.
El gobierno, ese que criticamos, ese que despreciamos, es producto de lo que hemos creado. ¡Fuera, fuera! Gritamos una y otra vez, como si la solución fuera quitar y poner, quitar y poner. Claro está que con una sociedad que admira más a Jenni Rivera que a Sor Juana Inés de la Cruz, o que se asombra más con la música del Komander, es fácil encontrar a los líderes que cambien el curso de nuestra nación, está nación que siempre ha sido así, ¿Cuándo ha sido diferente? ¿Cuándo México se ha distinguido por su transparencia y no por su corrupción?
Desde que nació nuestra nación en 1821, ha sido una constante lucha de poderes e intereses, no importa si eran federales o centralistas, conservadores o liberales, PRI, PAN, PRD o quien sea, ésta es nuestra historia y nuestro presente.
Guadalajara en un ¡ya no! Te engañes, México en una laguna de ejemplos y ejemplos que nos acercan a nuestra realidad pero nos alejan de nuestra ilusión. Queremos ser un país protagonista y de vanguardia, comportándonos como un país de tercera, escuchando música que promueve matar policías, consumir alcohol, burlar las redes de los federales o de contabilizar los tiros y balazos que se le dieron a un criminal…perdón, un nuevo héroe mexicano.
El gobierno tiene la culpa de pactar con los narcos, así como de hacer tratos con transnacionales que destruyen selvas y bosques, empresas que roban los recursos de nuestro país, pero que acaso nosotros no somos felices consumiendo sus productos. Odiamos a Televisa, pero cada domingo nos dota de nuestra droga llamada futbol que aceptamos sin mayor reclamo. Odiamos la incultura de nuestro país, pero para qué leer si puedo ver “mi novela” que el duopolio me ofrece.
Si la sociedad mexicana decimos que está unida y “somos más lo buenos que los malos” “recuperemos a Guadalajara; si ya se “unió”, por qué no aprovechamos está grandiosa unión nunca antes vista y dejamos de juntarnos en el zócalo y otros lugares y nos congregamos en cada lote donde se pretende poner un Wal Mart; por qué no aprovechar esta unión y vamos a cada maquiladora de ropa de GAP, H&M, y hacemos una marcha “por nuestros hermanos explotados”. Por qué no hacemos una planeación de una marcha para ir a Chiapas a defender las tierras indígenas que están siendo acaparadas por Coca-Cola. Ya que “México despertó” si vemos que un 7 Eleven abrirá sus puertas defendamos a los propietarios mexicanos de tiendas de abarrotes y luchemos por sus empleos.
Recordemos también que el narcotráfico tiene poder, por consiguiente es un actor importante dentro de la política mexicana, guste o no, y es un negocio necesario en México, el cual, el gobierno no se busca erradicar sino sobrellevar, y nosotros como sociedad aceptamos tal postura.
Los narco bloqueos fueron hechos por mexicanos para mexicanos, no necesitamos de nadie más para hacernos daño, somos nosotros mismos víctimas y victimarios; no importa si pertenecemos al gobierno, a la sociedad o al crimen organizado, esto es lo que hemos conformado a través de años de desigualdad, de indiferencia, de soberbia y de engaño.
El narcotráfico se fortalece de pequeñas acciones que desencadenan las atrocidades sociales de la vida diaria; esas pequeñas cosas como fumar “un gallito” escuchar música referente a hazañas de estas personas, “probar” solo una vez, y esas cosas que parecen “normales” son las que le dan el poder de corromper a la sociedad. El gobierno tiene su culpa en hacerlos impunes, pero la sociedad tiene total responsabilidad de comprar, de aceptar, de darle el poder a los cárteles de la droga. El narcotráfico es un negocio porque existe un mercado para él, un mercado tan mediático donde no existen clases sociales, género, raza ni limitación alguna; tristemente la humanidad rompe sus diferencias en las situaciones que la llevan a su propia destrucción.
Estamos frente a una etapa de elecciones, donde se ofrece lo mismo que siempre, pero no importa, ¡salgamos a votar por el menos peor! De seguro ésta es la fórmula que hemos encontrado los mexicanos para seguir igual que siempre, la laguna monumental de México.
Y lo más incomprensible de todo esto, la sociedad en contra del gobierno, pero a favor del narco (obvio mientras no se vean afectados). El gobierno en contra de la sociedad pero coludido con el narco. El narco a favor de nadie y en contra de todos. Si la sociedad no quiere narcos, no consumamos drogas, no aceptemos la música que exalta el crimen, no idolatremos a los criminales. Y si fuéramos diputados o senadores, que excelente idea para no trabajar y ganar mucha plata; todos odiamos al gobierno pero nos encantaría ser parte de él. Si fuéramos actores o conductores de televisión, que excelente idea para ser famoso; todos odiamos a Televisa o TV Azteca pero nos encantaría trabajar con ellos.
En lo personal lo que más me sorprendió de la jornada violenta del pasado viernes fue la reacción de la gente, anonadada como si esto fuera un fenómeno ajeno a lo que hemos construido.
Guadalajara en un ¡ya no! México en una laguna; me he de comer esa tuna aunque me espine la mano, sabias o proféticas palabras del gran Jorge Negrete, y al final sea gobierno, sociedad o crimen organizado la conclusión, y pareciera el lema de nuestra nación, es: “La águila siendo animal se retrató en el dinero” (sic).
Por: Fernando Ortíz.
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