La semana pasada Javier Duarte inició una huelga de hambre por “la cacería de brujas”. Dijo que se ha dado en su contra, como si ahora el exgobernador veracruzano fuera el nuevo Ghandi mexicano.
Por otro lado, hartos de la inseguridad en su comunidad, pobladores de Tepanco de López, Puebla, obligaron a su alcalde a renunciar, por no haber hecho su trabajo.
Aunado a esto, Lozoya se encuentra en medio de acusaciones por presuntamente haber recibido 10 millones de dólares de Odebrecht en sobornos, pero en días pasados negó los “falsos señalamientos”; sin embargo, todavía no hay explicación de cómo, dos semanas antes de ser nombrado titular de Pemex, momento en el cual supuestamente habría recibido un adelanto del soborno, compró al contado una casa por 38 millones de pesos.
Las cuentas no cuadran porque dos meses después dijo ganar 722 mil pesos mensuales además de poseer cinco relojes de 200 mil pesos y obras de arte de un millón 350 mil dólares, la mayoría compradas también en efectivo.
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