El “gaschicol” o “huachigas” es uno de los negocios más recientes del narcotráfico y la delincuencia organizada
Uno de los negocios más recientes de la delincuencia organizada y los cárteles de narcotráfico es el “gaschicol” o “huachigas”, la forma en como se conoce en México al robo de gas a ductos de Petróleos Mexicanos (Pemex).
De acuerdo con la Asociación Mexicana de Distribuidores de Gas Licuado (Amexgas), este delito suma 13,000 millones de pesos, equivalentes a $670 millones de dólares.
Información de consultoras como Etellekt señaló que en lo que va del año en curso se han detectado 515 tomas clandestinas para extraer el gas licuado de petróleo (LP), en tanto que en 2018 el número de sitios de extracción irregular fue de 215 en México.
Amexgas detalla que el robo de combustible afecta a instalaciones de Petróleos Mexicanos y a empresarios que distribuyen el hidrocarburo. Asimismo las autoridades aceptan que este problema va en aumento: “últimamente se nos está presentando lo del robo en gas, que es muy riesgoso”.
“Todo lo que es robo de combustible es delito grave, no se alcanza fianza. ¿Por qué digo esto? Porque se sigue deteniendo a personas”, precisó el presidente, Andrés Manuel López Obrador.
Análisis de algunos especialistas informan que detrás del aumento del “huachigas” existen algunos cárteles del narcotráfico, así como grupos dedicados al robo de gasolina conocidos como “huachicoleo”, por ejemplo, Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) o el Cártel del Noroeste que opera en Tamaulipas.
Cabe señalar que desde 2018 también el Cártel de Santa Rosa de Lima, ubicado en Guanajuato y Michoacán también son partícipes de este delito, pues de especializan en el robo de gasolina y diésel, que así como otros grupos criminales, cambiaron su actividad en los últimos meses tras la estrategia que desde el pasado mes de enero pasado aplica el nuevo gobierno para combatir este violación.
Al respecto, Rubén Salazar, director de la consultora Etellekt comentó a BBC que; “es un problema muy serio porque se trata de un combustible que implica mayor riesgo su extracción ilegal, a diferencia de la gasolina o diésel. Es un combustible mucho más volátil por las técnicas que emplean y que son cada vez más rudimentarias”.
Por su parte, las autoridades han detectado que las bandas criminales roban pipas de agua para usarlas como transporte de gas, las cuales no están diseñadas para cargar el combustible, además de que la almacenan en lugares cercanos a zonas pobladas sin ningún tipo de medidas de protección, de ahí se distribuyen la mercancía en cilindros para venderlos casa por casa, a vehículos y autobuses.
Organizaciones como Conciencia Ciudadana y la Asociación de Distribuidores de Gas LP (Adigas) han denunciado que el robo de este combustible generó un mercado negro, por ejemplo, en municipios conurbados a la Ciudad de México, Puebla o Hidalgo, los criminales disfrazan las pipas o camiones repartidores con letreros de compañías reales.
David León Romero, coordinador nacional de Protección Civil exhorta a para la extracción clandestino del combustible; “el gas LP tiene un manejo muy complejo, dentro del ducto corre a alta presión y es líquido. Pero en el momento que sale del ducto se convierte en gas y multiplica su volumen más de 200 veces. Eso genera por supuesto que su manejo sea muy complejo”.
Por ello las autoridades y especialistas coinciden en que ante las grandes ganancias por el negocio, en algunas comunidades cercanas a los ductos surgieron grupos pequeños que tratan de extraer el gas y como consecuencia se registren explosiones y fugas provocadas por un mal manejo en el robo del combustible, informó el medio BBC.
Sé parte de la conversación