“Hazle como quieras, si quieres demándame”, le dijeron las autoridades
Tras ser operado de dos hernias, regresó a su lugar de trabajo; sin embargo, ya no tenía nada, los trabajadores delegacionales destruyeron su silla y ahora le exigen 8 mil pesos a cambio
Por Juventino Montelongo
El señor Darío Sánchez tiene 72 años, 44 de ellos los ha pasado trabajando como boleador sobre la calle Ignacio Ramírez, entre dos restaurantes, muy cerca del Monumento a la Revolución, en la Ciudad de México.
Sin embargo, en esos 44 años de trabajo ininterrumpido tuvo que abandonar su empleo para ser operado de dos hernias. El dolor de la operación le imposibilitó trabajar cerca de tres meses.
En ese lapso, unos sujetos llegaron de noche a destruir su silla de boleo, que básicamente era lo único con lo que contaba para mantenerse.
Al regresar a su lugar de trabajo, los vecinos de la zona le informaron que quienes habían destruido, y posteriormente robado, su silla habían sido presuntos empleados de la delegación Cuauhtémoc, demarcación gobernada por Ricardo Monreal, integrante de Morena y aspirante al gobierno de la Ciudad de México en 2018.
“Me robaron mi silla, mi herramienta de trabajo”, lamenta Darío, quien colocó una serie de carteles en su lugar de trabajo para denunciar el caso y tratar de hacerlo más público. “Con marros y martillos me quitaron todo”.
Tras esto, fue hasta la delegación para que le entregaran su silla. Ahí, el director de Mercados y Vía Pública, Luis Ángel González Contreras, tras la insistencia de Darío, le dijo: “hazle como quieras, si quieres demándame”.
Al ver el tipo de respuesta que le dieron en la delegación, decidió entablar una demanda, de la cual tiene copias y exhibe en su lugar de trabajo.
“Vaya a darse una vuelta a la bodega que tienen los de la delegación ahí en Sullivan, ahí tienen mi silla. La tienen toda desarmada, y no es la única, tienen como otras cinco o seis más de otros compañeros de aquí de Reforma”.
Para recuperarla, en la delegación le están exigiendo un pago de 8 mil pesos, pese a que el sitio donde labora Darío pertenece al sindicato de la Unión de Aseadores de Calzado del D.F., a quien puntualmente les paga sus cuotas.
¿Cuál es la exigencia en la demanda?
“Que me paguen mi silla y mi tiempo, porque hasta ahorita no estoy trabajando como debe ser. Hasta el día en que me paguen mi silla también les voy a cobrar mi sueldo, por el tiempo y el dinero que perdí”.
Señaló que en estos días un vecino del lugar, quien lo conoce desde hace décadas, le donó una silla que utiliza mientras le devuelvan la suya o le paguen una nueva. “Mi vecino es un doctor que tiene un consultorio acá (la misma calle donde trabaja). Él fue quien me dio esta silla y me dijo: póngase a trabajar, don Darío”, luego de ocho meses de estar sin empleo.
¿Qué es lo que sigue?
“Estamos esperando a que prospere la demanda”, indicó Alfonso Rentería, director del periódico La voz de los capitalinos, quien está ayudando a Darío a enfrentar a las autoridades delegacionales.
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