Las fuentes de San Sebastián, Sátiro y Amor, Doríforo, Mercurio y Argos, El Pescador y la fuente de Los Coyotes en Coyoacán, fueron algunos de los lugares seleccionados para la protesta
El Colectivo Seguridad Sin Guerra emprendió una serie de acciones en contra de la aprobación de la Ley de Seguridad Interior, entre las que incluyó teñir de rojo sangre el agua de al menos seis fuentes de la Ciudad de México.
Esta protesta se llevó a cabo en las fuentes de San Sebastián, Sátiro y Amor, Doríforo, Mercurio y Argos, y El Pescador, ubicadas en la colonia Roma, así como la fuente de Los Coyotes en Coyoacán.
Esto luego de que el día de ayer el Congreso de la Unión aprobó la iniciativa de Ley de Seguridad Interior, turnándola al Senado para su eventual aprobación.
De contar con el respaldo del Senado, el Ejecutivo federal tendría más atribuciones legales para disponer, a discreción y sin controles legislativos, de la totalidad de la fuerzas armadas.
“Desde Cencos creemos que la Ley de Seguridad Interior no es la respuesta y únicamente perpetuará la violencia. Exigimos se busque la paz, continuar con esta guerra, sólo generará más sangre”, explicó Ixchel Cisneros, Directora de la organización Cencos, integrantes del colectivo Seguridad Sin Guerra.
Además convocó la ciudadanía para que el próximo martes 12 de diciembre acudan a la Cámara de Senadores para protestar y presionar a los Senadores para que no aprueben dicha legislación.
Ante la grave crisis de seguridad que enfrenta el país, el colectivo sostuvo que se debe apostar por una estrategia de prevención como eje fundamental para dar solución a este problema.
Actualmente la plataforma acumular más de 6 mil 269 que han enviado correos a los legisladores contra la citada ley.
De acuerdo con una publicación de SinEmbargo, la justificación para impulsar la Ley de Seguridad Interior es que las policías han sido rebasadas por la violencia, por ello es necesario regular la acción del las fuerzas armadas en las calles.
En contraparte, sus detractores señalan que las disposiciones de la iniciativa son ambiguas y que, por tanto, podrían militarizar aún más al país e incrementar las violaciones a los derechos humanos.
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