En 1914, el sultán de Marruecos Muley Abd al-Hafid se hizo construir un palacio en Barcelona, ciudad en la que se había exiliado. La casona, obra del famoso arquitecto catalán Josep Puig i Cadafalch y ubicada en uno de los barrios más ricos de la ciudad, fue restaurada en 2003 y comprada por el Gobierno de México por 4 millones de euros para albergar el Consulado de México.
Esta sede consular, “la más moderna que ha tenido México y probablemente la más bella”, como la calificaba en su inauguración el ex cónsul Sealtiel Alatriste, es a donde Enrique Peña Nieto ha querido enviar a Fidel Herrera Beltrán. Y aunque la llamada Casa Muley Afid no sirve de vivienda, el ex gobernador de Veracruz (2004-2010) ocupa ya el mejor despacho del que fue palacio del exótico gobernante árabe.
Está claro que Fidel Herrera no es sultán, pero vivirá a cuerpo de rey con un sueldo mensual de 8 mil 339.26 euros (más de 150 mil pesos al cambio), como así lo establece el tabulador de la nómina del Servicio Exterior Mexicano a fecha del 20 de mayo de 2015 para un diplomático de su rango. Una cantidad que pagará los servicios del veracruzano como cónsul, que deberá velar por los intereses de México y de los casi 11 mil mexicanos –según datos de 2014 del Instituto Nacional de Estadística de España– residentes en Aragón, Baleares, Cantabria, Cataluña, Comunidad Valenciana, La Rioja, Navarra y País Vasco, las regiones que abarca dicha sede.
Una cantidad a la que se suman beneficios como el pago del traslado de todas las pertenencias que guste (incluidas obras de arte o automóviles), seguro médico privado, la ayuda del 50% en el pago de la renta de una casa y una amplia lista de posibles “viáticos”.
Lejos de la polémica de su paso por la gubernatura de Veracruz, estado al que dejó endeudado por casi 22 mil millones de pesos, donde se le vinculó con Los Zetas y donde gustaba montar a caballo junto al operador financiero del mismo cártel, Francisco Colorado. Lejos también de Oaxaca, su destino más reciente, donde “brindó su capital político” como representante del CEN del PRI en la elección de diputados federales del pasado junio. Lejos, en definitiva, de México, Fidel Herrera vivirá en un mundo muy diferente en España, adonde llegó el fin de semana y donde ha empezado a laborar este lunes 19 de octubre, cuando tomó posesión de su cargo de cónsul.
Trabajará en el Paseo de la Bonanova, del barrio Sarrià-Sant Gervasi, uno de los mejores de la cosmopolita ciudad de Barcelona, donde seguramente también fije su residencia (los alquileres de un departamento de 100 metros cuadrados en la zona rondan los 2 mil euros mensuales). Vivirá como un catalán adinerado y tendrá además las alabanzas de empresarios, políticos, intelectuales y estudiantes locales y mexicanos que merodean por el consulado buscando algún beneficio. Como se reveló en 2011 en una grabación telefónica filtrada al entonces noticiario de Carmen Aristegui en MVS Noticias, Fidel Herrera es amigo de grandes celebraciones y de la utilización de recursos públicos a tales efectos.
En el consulado no lo tendrá tan fácil, porque el calendario es más estricto y el consulado se destina principalmente a actividades de tipo cultural. Sin embargo, tanto su esposa Rosa Borunda como él, se podrán dar gusto preparando la recepción más importante del año, la del día de la Independencia. En dicha fiesta, similar a la que organiza la embajada de México en Madrid, podrán ejercer de anfitriones ante representantes diplomáticos de otros países, miembros del gobierno catalán y de España y con lo más granado de la colonia mexicana en Barcelona. Aunque para fiesta la que organiza con gran entusiasmo cada año MEXCAT, la Asociación Cultural Mexicano Catalana. El nuevo cónsul podrá dar el Grito de Dolores ante más de 10 mil mexicanos y barceloneses que congrega la celebración.
Fuente: Zeta Tijuana
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