Según el gobierno japonés existen 700.000 hombres con hikikomori
Explosiones de violencia, comportamientos infantiles como patear a la madre, son algunos de los síntomas.
El síndrome hikikomori es una enfermedad psico-social en la que los afectados se aíslan socialmente de todo el mundo que les rodea de forma voluntaria, a menudo exagerada, llegando a no salir de casa durante años.
En Japón, hikikomori es el término que también se utiliza para describir a la gente joven que se aísla. Es una palabra que todo el mundo conoce, que se traduce literalmente “apartarse, estar recluido”.
Los síntomas pueden variar. Para algunos, explosiones de violencia se alternan con comportamientos infantiles como patear a la madre. Otros pacientes pueden ser obsesivos, paranoicos y depresivos.
Desde que llamó la atención del fenómeno, se cree que el número de hikikomori ha aumentado. Una cifra estimada conservadora de personas afectadas sería 200.000. Pero en 2010 una encuesta del gobierno de Japón arrojó una cifra mucho más alta: 700.000.
Cuando un joven pasa meses o incluso años encerrado en casa sin ningún contacto social, son previsibles efectos importantes sobre su salud, tanto física como mental.
Físicamente, el cuerpo padece los efectos del reclutamiento voluntario, de no hacer ningún tipo de ejercicio físico ni llevar una dieta saludable, dado que la mayoría de hikikomoris comen de forma muy desequilibrada y no realizan ningún ejercicio practicable en casa, como puede ser fitness o levantar pesas.
A nivel mental, el joven afectado puede perder casi al completo sus capacidades sociales y de relaciones con sus congéneres, a la vez que experimenta sentimientos de culpabilidad e inseguridad. Es muy corriente que cuando decide abandonar su “cautiverio” no confíe en ninguna persona y le cueste mucho reintegrarse en la sociedad convencional. Además, es común desarrollar adicciones severas a Internet o a los videojuegos, e incluso trastornos mentales serios.
Kazuhiko Saito, director del departamento de psiquiatría del hospital de Kohnodai en Chiba, considera que intervenciones repentinas, incluso por profesionales de la salud, pueden tener un resultado desastroso.
“En muchos casos el paciente se vuelve violento hacia el personal o hacia los padres delante de los consejeros o una vez que estos se hayan ido”, agrega.
Kazuhiko Saito está a favor de que profesionales de la salud visiten a un hikikomori, pero aclara que deben tener un informe completo del paciente, quien debe saber con anterioridad que va a tener la visita de un especialista.
La terapia de grupo es un concepto relativamente nuevo en la psicología japonesa, aunque los grupos de autoayuda se han convertido en una forma clave para atraer a un hikikomori a la sociedad.
Fuente:BBC/RT
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