Por Alejandro Páez Varela
Mi amiga me lo había contado, porque estuvo cerca de esos momentos. Después, reunido con dos senadores panistas a principios de este año, uno de ellos abordó el tema a propósito de otras cosas y entre los dos me dieron más detalles. Y un conocido con el que en ocasiones converso abundó, y la historia coincide más o menos esto:
Que durante la elección de 2012, Felipe Calderón Hinojosa maltrató varias veces a Josefina Vázquez Mota. Ya lo sabemos. Y que le puso gente no para que la ayudara, sino para que la mantuviera bajo ciertos límites. Eso también lo sabemos.
Pero, además, que en algún momento pidió a Josefina que no atacara a Enrique Peña Nieto, candidato presidencial del PRI.
–Le dijo esto: “Lo que quieras, menos ataques personales” –me contó mi amiga.
No tengo ningún tipo de cercanía con Vázquez Mota para confirmarlo, pero cuatro fuentes me dicen que más o menos así fue.
Y que cuando había ataques, porque la liga se estiraba y la candidata panista tenía que responder o hablar mal de Peña, entonces Calderón se molestaba con ella.
También me contaron que le cortó recursos, algo que se ha debatido públicamente ya. Y la traía cortita, cortita, con ofensas que ella se aguantó y que son muy del estilo del ex Presidente.
Un panista de buen nivel, que anduvo cerca pero no tan cerca de aquella Presidencia de las rabietas y los manotazos, me dijo esto:
–Superar a Salinas es mucho decir. Pero Calderón es el nuevo Salinas.
Un amigo periodista me dijo hace poco que, en su percepción, Ricardo Anaya no le iba a durar ni para el arranque.
–Lo va a doblar de inmediato –me dijo.
Le pregunté que cómo estaba tan seguro; que he platicado con gente que ha estado cerca de él, de Anaya, y que es un chavo inteligente y que juega sus fichas y que no se qué cosas.
Y pum: que sale lo de su familia en el extranjero.
Podría jurar que Anaya no viaja más al extranjero que Calderón o que cualquiera de los panistas encumbrados y, casi siempre, acomodados. Pero le armaron un escándalo.
No tengo un solo dato que me diga que Calderón en persona colocó esa información contra Anaya. Doy datos de como sucedió, cronológicamente.
Después, pregunté a un amigo periodista en el que confío sobre la relación entre Calderón y Manlio Fabio Beltrones, de la que se habla:
–¿Usted cree que juegan juntos? Digo, todos juegan juntos allá arriba pero, ¿jugarán apuestas? –pregunté.
–Sí. No tiran del mismo fusil, pero le disparan al mismo hombre en el paredón –me dijo.
–¿Quién es el hombre en el paredón?
–En el último fusilamiento, Anaya.
–¡Ah! ¿Por qué Manlio tendría qué ocuparse de Anaya?
–Para que Calderón coseche.
–Órale.
–En mi opinión es el pacto anti AMLO.
–Limpiarle el camino a Margarita. Y cortarle el camino a AMLO. ¿Correcto?
–Sí. Todos contra AMLO.
Me dijo que Manlio le presta a sus fusileros. A ciertos columnistas, me dijo, que tiene en la bolsa desde hace tiempo.
Y que esos columnistas y otros que fueron fusileros durante el calderonismo, le han hecho casi pedazos la carrera al joven Anaya.
Sepa Dios cómo cobrará Manlio esos favores, si es que se los hace a Calderón, como se dice ampliamente.
O si Manlio está ahorrando favores para el futuro (que me parece muy probable); por si las cosas les salen bien en el siguiente sexenio.
Pero yo sólo cuento lo que oigo y veo.
***
La candidatura de Rafael Moreno Valle no es un chiste: es una vergüenza: ¿de dónde sale tanto dinero para espectaculares, revistas, movilizaciones, equipos, viajes por todo el país? Pues adivine. Benditos poblanos que aguantan todo. Nadie le hace ruido a Moreno Valle porque el país está rodeado de escándalos de saqueos (Borge, Duarte uno, Duarte dos, Herrera, los Moreira, los Padrés, etcétera), pero él es un escándalo. ¿De dónde sale tanto dinero que gasta y gasta?
Con Moreno Valle van los mismos calderonistas. Todos lo saben. Nada novedoso. Entonces, la definición de la candidatura del PAN, como ellos la ven (o como el nuevo patriarca del PAN, Don Felipe, lo ve) es que, destruido Anaya, Moreno Valle y su equipo darán un carácter “democrático” a la interna y luego se incorporarán a la candidatura de verdad: la de Margarita Zavala.
Todo entre ellos, pues.
La Operación Margarita (así la he llamado, arbitrariamente) se pone más interesante cuando se incorpora al PRI.
Muy simple: Felipe Calderón le tendió la cobijita a Peña Nieto en 2012, y ahora pedirá lo mismo.
El PRI no gana “ni a madrazos”, como dicen por allí. Calderón puede ofrecerle una transición tersa en 2018, que incluya la extensión del pacto de impunidad, y todos contentos.
El candidato del PRI le echará los kilos, por supuesto. Como le echó los kilos Josefina Vázquez Mota. Pero deberá estar consiente de que, si es necesario aflojarlo para apretar al puntero entre ellos, en este caso –planean– Margarita, pues ni modo. No digo que se dejará perder. Sólo digo que no le jugarán rudo a Margarita y que respetarán y la apoyarán si gana.
Como Calderón lo hizo con Peña.
La cosa, creo, es que no llegue Andrés Manuel López Obrador. Es el único, en la jugada maestra, que puede cortar el pacto de impunidad. No digo que él sea un santo y que las hilachas: digo que no es parte de ese equipo y que, si yo fuera Peña, me aterrorizaría que llegara el izquierdoso. Si fuera Peña, el plan de Calderón para ganarse otros seis años tiene toda lógica y es, no perfecto: requeteperfecto.
Moreno Valle a una secretaría; los sindicatos priistas, a negociar su sobrevivencia (como ya lo hicieron, con mucho éxito). Peña, a disfrutar el retiro voluntario. Manlio a cobrar sus favores a la causa y los columnistas y los diarios asociados a esos columnistas a seguir viviendo del erario público.
El proyecto de “Felipe Salinas”, como le llaman, tiene mucha lógica. Claro, cuando llamamos “lógica” es repartirse el poder entre un puñado.
La verdad es que Carlos Salinas de Gortari se quedaría flojo. No sería más que un pobre diablo frente a Calderón, si Calderón logra concretar lo que, se dice por todas partes, se propone. Salinas duró una década y poco más en el exilio; no pudo hacer más. Sí, movía fichas; pero, aunque quisiera con toda su alma, no logró extender su mandato, como quiere Felipe Calderón.
Las debilidad del gobierno de Peña le permitió a Calderón moverse a su antojo todo este tiempo; sumar activos, influir, no desaparecer. Y colocar a su esposa.
Ahora la esposa dice que va por la Presidencia. Está bien que lo diga, qué más iba a decir. Pero no es ella. Me queda claro que no va ella. Ella es la cara del proyecto de su esposo, lamento decirlo, sin menosprecio a ella pero con claridad de mente.
Salinas le quedará corto a Calderón, si los planes se concretan. Los Calderón viven del erario público desde 2006 y si coloca a Margarita, seguirán cobrando hasta 2024.
Viven ya del Estado mexicano a perpetuidad. Pero, desde 2024, los Calderón tendrán dos pensiones vitalicias.
Sé parte de la conversación