Huyeron para casarse el mes pasado, regresaron para arreglar las cosas con la familia
Zeenat Rafique, de 18 años, fue quemada viva por su madre y un hermano luego de que huyó con un hombre.
Cuando Rafique llegó, su mamá y su hermano la amarraron a la cama, la rociaron de gasolina y le prendieron fuego. Ella murió en el lugar, dijo Ghazanfar.
La madre, Parveen Bibi, se entregó a las autoridades y no ha expresado remordimiento por sus acciones, dijo la policía. En tanto, el hermano, Ahmer Rafique, sigue prófugo.
Hassan Khan, marido de la fallecida, ha indicado a la policía que vio cómo varios familiares la agarraban mientras la madre la rociaba con combustible y le prendía fuego.
“Ella no quería regresar con su familia porque temía que la matasen. Pero yo accedí después de que uno de sus tíos garantizó su seguridad. La dejé que fuese”, ha declarado Khan a la televisión paquistaní Geo.
Los llamados ‘crímenes de honor’ son muy habituales en el sur de Asia. Suelen implicar a varones de una familia, que vengan lo que consideran una afrenta que contraviene la moral conservadora de las sociedades locales.
En 2015, 923 mujeres fueron víctimas de ese tipo de criminalidad en el país, según un informe de la Comisión de Derechos Humanos de Pakistán (HRCP), que advierte que esa cifra esconde una realidad aún mayor que queda fuera de los registros.
Fuente:CNN/Terra
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