Señala que sus jefes, en un sólo día, ganan 10 millones de pesos
Antes de comenzar a robar combustible trabajaba como policía municipal, pero después de quedarse sin trabajo decidió unirse a las bandas criminales dedicadas al robo de combustible
Un expolicía que se dedica al robo de combustible en una zona de Puebla contó al diario El País cómo operan los huachicoleros. Dice que cuenta con dos camiones y ocho depósitos portátiles con capacidad para 8 mil litros de combustible.
Evitando dar cualquier tipo de información que pueda identificarlo, dice que roba la gasolina de un ducto de Pemex en uno de los municipios conocidos como el triángulo rojo, la zona más afectada en todo el país por dichos delitos. Para esto, asegura tener tratos y trabajar para la banda criminal de El Buchanan’s, quien es uno de los dos líderes huachicoleros de la zona.
Para esto utiliza a cuatro halcones y dos choferes cada vez que hace su trabajo. Todo esto con apenas tres años de dedicarse al robo de combustible: “Antes ganaba 2 mil 700 pesos a la quincena (como policía), ahora puedo sacar hasta 250 mil a la semana”.
Por otro lado, uno de los jefes policiacos de la zona dice que el robo de combustible se ha descontrolado, ya que sumado a las grandes cantidades de gasolina que roban, también ha aumentado la agresividad de los huachicoleros.
“Inició con poca gente. El problema es que cuando algo inicia, si no lo combates, tiende a desarrollarse. Y eso sucedió”, dijo el jefe policiaco en entrevista con el diario español El País.
“Al principio las policías municipales hacíamos contrapeso. Decomisábamos lo que podíamos y no había tanta oposición de la gente. Al contrario, te avisaban de que algo pasaba, ‘oye hay un coche aquí sospechoso’. Pero se empezaron a organizar también ellos. Y nos abandona el gobierno federal. De modo que ahora, si entras, se hace un relajo”.
El huachicolero cuenta que empezó a trabajar en esto desde 2014 cuando se quedó sin trabajo después de pertenecer a dos cuerpos policiacos locales: “Cuando estás sin empleo eres vulnerable a querer ganar dinero fácil. Y te involucras. Busqué a esas personas, los conocía. Cuando eres servidor público, llegas a tener roce de familiaridad con ellos. En primer lugar les pedí ayuda y empleo. Y te lo dan. Tan fácil como [que me preguntaron], ‘¿qué tiempo llevas sin trabajo? No, pues llevo como un mes’, les dije. Me regalaron cerca de 15.000 pesos. Fue como, ‘toma, aliviánate’. Me dieron la facilidad de una camioneta. Y me dijeron, ‘¿sabes qué? Vas a trabajar con nosotros. Vas a halconear y te vas a llevar tu lana'”.
Fue así como comenzó a involucrarse en el negocio hasta que logró convertirse en su propio jefe y contratar a personal. Ya con la experiencia supo cómo se organizaban los huachicoleros: De Veracruz a Palmar de Bravo, es territorio de El Buchanan’s. De ahí hasta casi la ciudad de Puebla, de El Toñín.
Él cuenta al menos una de las razones por las que el robo de combustible comenzó a crecer de manera alarmante: “Hace años, hubo una explosión en una zona de Veracruz y protección civil de los municipios le echaron pleito a Pemex, porque no sabían por donde pasaba el ducto. Les pidieron los planos. Por precaución, para saber dónde no excavar y demás. La paraestatal decidió darle los planos de los ductos a los presidentes municipales”.
Esto se complementa con que también los trabajadores de Pemex están involucrados, ya que un ingeniero de la empresa que está coludido, cobra 150 mil pesos por diseñar la manera más segura para realizar las tomas.
“Se tarda una hora en hacerla. Se venden unas válvulas del tamaño del teléfono, cuadradas. Tiene una perilla, una bola de metal, que cierra y abre. Se planta en el tubo y se solda primero. Con la perilla se abre la válvula y ahí ves el tubo. Ahí se le llena de aceite. Un poquito de aceite de motor, para que no se caliente el tubo cuando se perfora con la broca. Se hace con un berbiquí, una herramienta manual, un taladro a mano. Y se va perforando. El tubo tiene un espesor de unos 6 mm, como lo ancho del teléfono. Se tarda uno unos 15 minutos. El que hace la perforación ya sabe cuándo queda un milímetro para perforar. Y otra persona debe estar con una llave, bien pendiente. Porque en ese segundo que avienta la presión… O sea, vaya, puede matar a uno. Del gope. Ha habido situaciones que les ha rajado la cara”, cuenta el huachicolero.
Para comenzar a vender por tu propia cuenta debes tener fidelidad al líder de la zona, el cual te vende el litro a dos pesos con 50 centavos, para terminar en seis o siete pesos. Y no puedes dejarlo, advierte, “porque te mata”.
Cuenta que estos líderes son quienes se encargan de las tomas y de la seguridad, ya que el suyo maneja, al menos, unas 80 personas. Por ello calcula que después de sustraer el combustible lo venden a unos 600 camiones, así, cada camión paga 12 mil pesos: “Yo imagino que una buena noche pueden salir con diez millones de pesos, medio millón de dólares”.
Lee la nota completa en El País
Sé parte de la conversación