La cadena internacional de decoración Pottery Barn ha estado vendiendo productos “otomíes” que en realidad están hechos en China. Así lo acusa una petición en Change.org, en la que más de 7 mil firmantes han exigido a la compañía que deje de hacerlo.
“Consideramos que se trata de una práctica comercial desleal. Estos artículos están siendo producidos en masa con materiales sintéticos. Un auténtico edredón bordado otomí toma por lo menos tres meses en elaborarse. Es un proceso manual, complejo y difícil que lleva diseños únicos hechos sin plantilla y bordados que consumen mucho tiempo. Como resultado, familias y comunidades enteras dependen económicamente y sobreviven del comercio equitativo de estas artesanías” reza la petición, lanzada por una mujer que se identifica como Martha Aguilar, declarada admiradora del arte otomí y administradora de una página que se dedica a promocionarlo.
“Por desgracia, la talentosa comunidad otomí ha sido víctima de plagio por parte de las grandes corporaciones multinacionales en innumerables ocasiones,” lamenta, y explica que el objetivo es poner fin a esta injusticia.
Fundada en 1949, Pottery Barn cuenta con sucursales en Canadá, el Medio Oriente, Australia y Filipinas y envían sus productos a más de 90 países alrededor de todo el mundo. Es una marca de Williams-Sonoma.Inc, una de las mayores compañías minoristas de artículos de para el hogar en Estados Unidos.
Puedes ver la petición en Change.org aquí.
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