La operación fue realizada hace 10 años
Actualmente y de acuerdo con un peritaje, los terrenos que compró el exgobernador tienen un valor de mil 584 millones de pesos
Cuando fue gobernador de Tamaulipas, Eugenio Hernández adquirió mil 600 hectáreas del Puerto Industrial de Altamira, las cuales compró a través de prestanombres a 1.5 por ciento de su valor real, de acuerdo con la Fiscalía Anticorrupción del Estado.
Debido a dicha operación ilícita, llevada a cabo hace 10 años, Hernández fue detenido el pasado viernes bajo los cargos de peculado y lavado de dinero.
Estas compras comenzaron con el exgobernador Tomás Yarrington, quien había comprado dicho terreno bajo la misma operación, al comprarlas a un supuesto testaferro a un precio subvaluado en más de 60 veces de su valor original, tal como lo constató la Procuraduría de Tamaulipas con base en un dictamen de valuación de la perito Araceli Sánchez Salas.
Originalmente dichos terrenos habían sido expropiados por el gobierno federal en 1981 y transferidos a Tamaulipas en 1998, cuando gobernaba Manuel Cavazos Lerma, como parte de un proyecto para fomentar el desarrollo industrial en el Puerto de Altamira.
Así, el 19 de junio de 2002, el Fideicomiso Nuevo Santander, que administraba desde 2001 por parte del gobierno tamaulipeco dichas propiedades, vendió las extensiones de tierra a Materiales y Construcción Villa de Aguayo, una empresa de Fernando Cano Martínez, presunto testaferro del exgobernador Yarrington.
Para el 6 de junio de ese año el Congreso de Tamaulipas autorizó su venta, siempre y cuando fueran destinados para los mismos fines de explotación industrial.
En ese entonces, la perito Sánchez Salas elaboró un dictamen en el que señalaba que el precio de este terreno era de 865 millones 600 mil pesos.
Pese a ello, el gobierno de Tomás Yarrington los vendió en 14 millones de pesos, con lo que su prestanombres lo compró a sólo el 1.61 por ciento de su precio real. Lo anterior porque según el avalúo del catastro del Ayuntamiento de Altamira, esas tierras tenían un valor de 13 millones 988 mil 335 pesos.
Sin embargo, esta no fue la única ocasión en que los bienes fueron rematados a precios mínimos.
Cuando el exmandatario Eugenio Hernández llegó al poder aceleró la operación para hacerse de los terrenos que Yarrington, mediante un prestanombres, había adquirido.
Él utilizó el mismo esquema de subvaluación, así la inmobiliaria de Fernando Cano vendió en 2007 los terrenos en 16 millones de pesos a GMC Desarrollo Industrial de Altamira, propiedad de Alberto Berlanga Bolado, prestanombres de Hernández.
Destaca que Berlanga fue secretario de Obras Públicas y Desarrollo Urbano durante la gestión del mandatario priista.
Además, según el peritaje de Sánchez Salas, para ese año el terreno tenía un valor de mil 54 millones 400 mil pesos, por lo que estas hectáreas fueron vendidas al 1.51 por ciento de su precio real.
Actualmente el mismo peritaje señala que dichos inmuebles tienen un valor de mil 584 millones de pesos, casi el doble del valor real desde que el gobierno de Yarrington los vendió a Cano, según las estimaciones hechas por el periódico Reforma.
Luego de todos estos movimientos, sobre sale que en dichos terrenos aún no se ha construido ningún tipo de infraestructura destinada a la explotación industrial, de hecho, continúan igual que cuando fueron desincorporados de la propiedad estatal.
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