Médicos internistas de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) señalan que la existencia de patologías previas condicionan la gravedad de Covid-19
Un nuevo estudio realizado por centenares de médicos internistas de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) encontró cuatro grandes “grupos fenotípicos” de coronavirus, tras haber analizado a 12 mil 066 pacientes hospitalizados por infección SARS-CoV-2.
La investigación publicada en el Journal of Clinical Medicine realizó dicha clasificación en función de la gravedad por la que esté atravesando el paciente, y cuyo nivel va vinculado a una serie de síntomas.
El Dr. Manuel Rubio-Rivas, médico internista miembro del SEMI y primer firmante del artículo científico, explica que de estos cuatro fenotípicos dos son con mal pronóstico y dos con mejor pronóstico, y casi todos presentan fiebre, tos y falta de aire.
De este modo, los pacientes del primer subtipo solo tiene estos tres síntomas y un “mal pronóstico”. Los del segundo subtipo además de estos síntomas presentan dificultad para oler o la pérdida de gusto, aunque se consideran un grupo con buen pronóstico.
El tercer tipo es “pseudogripal”, en él los pacientes presentan fiebre, tos, disnea, dolor de cabeza, de garganta y dolor muscular.
Finalmente, el cuarto grupo que, a parte de tener síntomas comunes, se asocian síntomas digestivos (diarrea, vómito y dolor abdominal) es uno de los grupos considerados de mal pronóstico.
Los resultados de esta investigación permitirá tanto a los pacientes como a los profesionales sanitarios “adelantarse y predecir qué paciente se va a poner mal y qué paciente igual no va a tener una evolución tan mala”, detalló Rubio-Rivas.
En el estudio se establece que el primer grupo, al que pertenecen el 72,4 por ciento de los pacientes que participaron en él. La mayoría presentó los síntomas más comunes de la enfermedad como fiebre, tos y disnea. De ellos, uno de cada 10 pacientes tuvo que ser ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), y sólo una cuarta parte de ellos falleció, según indica el estudio.
El segundo grupo analizado que correspondía al 9.9 por ciento de los pacientes, quienes presentaron ageusia (dificultad para detectar el gusto) y anosmia (pérdida del olfato) y fiebre, tos y/o disnea, la tasa de ingresos en UCI fue menor, así como la de mortalidad.
El tercer grupo, un 7.3 por ciento de los pacientes analizados presentaron una combinación de síntomas, tales como dolor en las articulaciones y/o músculos, dolor de cabeza y de garganta, e incluso fiebre, tos y/o disnea. En este caso el 10,8 % de los pacientes clasificados en este grupo requirieron ingreso en UCI.
En el cuarto grupo, un 10,4 por ciento del total de los pacientes analizados manifestaron síntomas como diarrea, vómitos y dolor abdominal (también a menudo acompañados de fiebre, tos y/o disnea). En este caso la tasa de ingreso fue mucho menor que el tercer grupo pero su porcentaje de mortalidad fue de 18.6 por ciento.
Los especialistas explican que aunque en la mayoría de los pacientes hospitalizados se presentan síntomas comunes como tos, fiebre y disnea, quienes han tenido una peor evolución son los que han presentado únicamente estos síntomas y no otros añadidos, destacó el sitio 20 Minutos.
“Seguramente se deba haber alguna predisposición genética que hace que los síntomas sean de una forma u otra, y la cosa será, en el futuro, ligar ese fondo genético con estos síntomas”, agregó Rubio-Rivas.
Asimismo detallan que los factores que condicionan la gravedad de la enfermedad son la existencia de patologías previas como hipertensión arterial (50%), hiperlipidemia (39%), y diabetes mellitus (19%).
Rubio-Rivas detalla que ese cruce entre la enfermedad y las comorbilidades previas, se puede analizar a través de lo que se conoce como índice de Charlson, que, en el caso de los pacientes analizados, el resultado medio ha sido de 1,2.
“Es un índice que puntúa estas comorbilidades, y cuanto más alto quiere decir que tienes más enfermedades acumuladas – explica – es evidente, para cualquier enfermedad, que tener cinco enfermedades es peor que ninguna, y según las cuáles el pronóstico va a ser peor. Tener una patología pulmonar de base muy severa, obviamente, en una enfermedad que afecta al pulmón, pues es peor”, sentenció.
La investigación que lleva en desarrollo desde marzo, reconoce que aún falta mucho por conocer de este virus que ha cobrado la vida de miles de personas en el mundo.
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