Con casi cinco mil fallecimientos, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) ubicó a 2014 como el año más mortífero para los migrantes que buscan en otros países mejores condiciones de vida para sí mismos y sus familias.
Ante ello, el director general de la OIM, William Lace Swing, exhortó a los Estados a actuar con urgencia para salvar la vida de los migrantes.
Además, pidió a los distintos gobiernos instrumentar medidas para impedir que los traficantes se sigan aprovechando de la desesperación de aquellos para extorsionarlos con enormes cantidades de dinero.
“Tenemos que encarar los factores que propician la migración por desesperación y actuar de manera concertada y coherente. Esta es una batalla que debemos librar conjuntamente”, dijo en Ginebra, Suiza.
Para ello, añadió, “se requiere un mayor liderazgo político y la valentía de enfrentarse al preocupante aumento de la xenofobia”.
En el marco del Día Internacional del Migrante que se conmemora el 18 de diciembre, la OIM destacó que al menos cuatro mil 868 indocumentados perdieron la vida este año en su travesía por vía marítima o en remotos desiertos y montañas, por lo que 2014 ha sido el año más mortífero, dado que ha duplicado el número de muertes registradas en 2013.
La cifra más elevada de muertes se produjo en el Mediterráneo, donde más de tres mil personas fallecieron ahogadas por hallarse en embarcaciones inadecuadas para la navegación.
Más de 540 migrantes murieron en la Bahía de Bengala y por lo menos 307 más perdieron la vida en su intento por cruzar la frontera terrestre entre México y Estados Unidos.
En un mensaje dirigido a la prensa, Swing señaló que todos los países “tienen la obligación internacional de salvar las vidas de quienes requieren ayuda”. Y agregó: “Cabe proseguir las operaciones de rescate en las aguas internacionales del Mediterráneo”.
La OIM teme que siga aumentando el número de muertes en alta mar si la Unión Europea no logra poner en marcha una operación de rescate exhaustiva y bien equipada en el Mediterráneo en reemplazo de la operación Mare Nostrum de Italia, que ha quedado suspendida.
“Los países también deben aprobar leyes para desmontar las redes de traficantes en vez de atacar a los migrantes irregulares”, destacó el titular de la OIM.
Los gobiernos, dijo, deberían despenalizar a los migrantes irregulares a fin de que denuncien a los traficantes ante la policía para que sean enjuiciados y sancionados, contribuyendo así a los empeños en contra de las actividades delictivas transnacionales organizadas.
Asimismo, subrayó que al haber más de 33.3 millones de desplazados internos y 16.7 millones de refugiados en el mundo, las personas desplazadas por la violencia y por los conflictos alcanzan las cifras más altas desde la Segunda Guerra Mundial.
Nota tomada de proceso.com.mx
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