La madre del pequeño recordó las horas de angustia que pasó buscando a su hijo
“Veo mi vida entera hecha trizas. Es un dolor que no acaba. Algún día estaremos juntos. Esa es mi promesa”, expresó Miriam
“Algún día estaremos juntos. Esa es mi promesa”, expresó Miriam Rodríguez, madre de José Eduardo, uno de los niños que fallecieron en el desplome del Colegio Rébsamen tras el sismo del 19 de septiembre de 2017.
Hace dos días, el pequeño habría cumplido 8 años de edad y su familia lo habría festejado, pero no será posible, pues el cuerpo de José Eduardo fue contabilizado junto con el de otros 18 pequeños que también perdieron la vida ese día.
“Yo ya no vivo sino sobrevivo porque todos los días es estar en esa lucha constante de asimilar la situación. Sé que mi hijo falleció, lo incineré y tengo sus restos, pero como madre siempre como que tienes esa espinita de que va a regresar. Hay días en los que se me hace injusto vivir”, manifestó en entrevista para Excélsior.
La mujer recordó que ese trágico día se dirigió de manera apresurada al Colegio Rébsamen, en compañía de un sobrino.
Al llegar al lugar del derrumbe, lograron escuchar a niños que lloraban y gritaban entre los escombros: “¡necesito oxígeno!, ¡ayúdenme porque estoy debajo de los escombros!”, y tenía la esperanza de encontrar con vida a su hijo.
“Yo venía pidiéndole a Dios que me entregara a José Eduardo de la manera en que fuera. Que yo aceptaba lo que fuera, pero que me permitiera verlo. Yo decía que no me importaba si mi hijo estaba mal, porque soy una mamá aguerrida y podía salir adelante. Empecé a rezar”.
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Relató que ella y su familia pasaron horas de angustia y desesperación buscando a su hijo en el Rébsamen, en hospitales y hasta en morgues.
Horas más tarde, escuchó a escondidas cómo su hermano, quien “no encontraba las palabras para decírmelo”, informó a la familia que el cuerpo del menor había sido rescatado en el colegio y ya lo había reconocido.
“Pedí a Dios que me diera fuerza”, comentó Miriam.
Tras recibir una llamada, se trasladó con su hermano al Rébsamen, en donde acompañada por una psicóloga y un marino entró al sitio donde estaban colocados los cuerpos de los 19 menores que fallecieron.
Ahí, la llevaron hasta su hijo, a quien le descubrieron el rostro un instante que le bastó para reconocerlo.
A un año de la tragedia, se llevará a cabo una ceremonia este miércoles en lo que eran las instalaciones del Colegio Rébsamen.
Cabe recordar que la institución era dirigida por Miriam Villegas, quien permanece como prófuga por su probable responsabilidad en actos de corrupción y que provocaron el derrumbe del plante, así como la muerte de 19 niños.
“Mientras la gente ve escombros y yo veo mis sueños desmoronados, pisoteados, defraudados, porque yo confié en una institución, en una persona, que dirigía ese colegio y que al día de hoy no ha respondido. Veo mi vida entera hecha trizas. Es un dolor que no acaba. Algún día estaremos juntos. Esa es mi promesa”, afirmó Miriam.
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