La expectativa generada por las reformas estructurales se fue apagando por malos manejos internos, aseguran
Se rechazó que el balance de crecimiento económico sea “mediocre”, más bien se trata de un avance del PIB “efectivo” con la situación actual.
La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) dio a conocer los Pre-Criterios Generales de Política Económica, donde informó sobre sus expectativas de crecimiento en 2017 y 2018.
Se prevé que para este 2017 la economía crecerá 1.8 por ciento, que es la media del rango establecido, de 1.3 a 1.8 por ciento. Para 2018 la estimación es de 2.5 por ciento.
Al cierre del sexenio del presidente Enrique Peña Nieto la economía habrá crecido en promedio 2.1 por ciento por año, el desempeño más bajo desde el sexenio de Miguel de la Madrid Hurtado (MMH).
Aunque es la tasa de crecimiento más baja desde MMH, en el presente sexenio se dieron los cambios estructurales más fuertes que ha tenido la economía mexicana, señala Alejandro Cervantes, subdirector de análisis de Banorte.
“Si bien este 2.1 por ciento está por debajo del PIB potencial, realmente sacrificamos crecimiento a corto plazo para poder generar un mayor crecimiento potencial hacia delante”, afirmó.
En tanto, Jorge Gordillo, director de análisis de CiBanco, destacó que el gobierno generó mucha expectativa con las reformas estructurales y “fue decepcionando por dos razones, una es el complicado entorno externo y otra por algunos malos manejos internos”.
El directivo señala la implementación de la reformas no ha sido bien aprovechada, pues se prometió crecimiento arriba de cuatro por ciento y luego disminuyó hasta un dos por ciento actualmente.
Especialistas consultados por El Financiero, palomearon de forma general los Pre-Crieterios, al considerar que son acordes a la realidad que vive el país.
Cervantes rechazó que el balance de crecimiento económico sea “mediocre”, más bien se trata de un avance del PIB “efectivo” con la situación actual.
Calificó como buena señal para los mercados que Hacienda incluya escenarios de la deuda pública considerando el uso de los remanentes de operación.
Por su parte Adriana Berrocal, presidenta del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), consideró como buena noticia que se esté planteando un superávit primario “ligeramente” mayor para 2018, del uno por ciento del PIB, así como el anuncio de la baja en el saldo histórico de la deuda pública. “Con esto se espera que inicie la inflexión de la deuda pública”, apuntó.
Se anticipa un ajuste moderado en el gasto con respecto al Presupuesto de Egresos de la Federación de 2017, de 0.2 por ciento del PIB, para poder alcanzar el equilibrio presupuestal materia de finanzas públicas.
Fuente: El financiero
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