Dejó en evidencia a un maestro de Tai Chi que presumía de tener “súperpoderes”
¡En tan solo 10 segundos el “experto” quedó tirado en el suelo!
Xu Xiaodong, un entrenador de Artes Marciales Mixtas (MMA, en inglés) de Pekín, dejó en evidencia a un maestro de Tai Chi que presumía de tener superpoderes.
https://youtu.be/V6RrxTBdJs4
Decía que podía generar campos de fuerza invisibles… pero
Wei Lei es un afamado maestro de Tai Chi en China, quien aseguraba haber desarrollado un poder supernatural. Él ha dicho que puede mantener una paloma en su mano gracias a un campo de campo de fuerza invisible e incluso es capaz de destrozar el interior de una sandía sin tocar la corteza. Así lo demostró en un programa de televisión en 2015, pero no todo el mundo quedó convencido, así lo publicó The Economist.
Xu Xiaodong, un hombre de 38 años de edad, incrédulo ante las declaraciones de Wei, de 41 años, acordaron enfrentarse en combate el pasado 27 de abril en la provincia de Sichuan, al sureste de China.
El duelo se organizó en un club de lucha en la ciudad de Chengdu. Cerca de 100 asistentes esperaban con ansias que empezara el combate, el cual también fue transmitido por Internet.
Bastaron 10 segundos para derrotarlo con todo y súperpoderes
El primer golpe lo dio Xu, mientras que Wei realizaba posturas de ataque de Tai Chi. Solo bastaron 10 segundos para que el maestro quedara en el suelo indefenso y golpeado junto a sus “superpoderes”.
Xu quedó satisfecho con el resultado, ya que él solo quería demostrar que los maestros de Tai Chi son una estafa.
Ante su evidente fracaso, Wei se defendió: “no me dio cuando estaba de pie. Solo me golpeó cuando caí al suelo y no me hizo daño”. Además, le echó la culpa a sus zapatillas, afirmando que estaban mojadas.
Esta pelea no supuso solo la humillación para el maestro, sino que ha levantado un debate en todo el país en el que hasta Xi Jinping, el presidente chino, ha decidido entrar.
Tras la victoria de Xu Xiaodong, algunos le pidieron que continuara desenmascarando a los maestros de Tai Chi, pero otros consideraron sus palabras como una ofensa para el Ejército Chino e incluso a Mao Zedong.
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