Los expertos señalan que el enojo ha generado una ventaja evolutiva
AaronSell, profesor de Psicología y Criminología en la Universidad de Heidelberg, Alemania, dijo en entrevista al programa de Oliver Burkmande de la BBC que el enojo y la ira pueden tener algunos beneficios para nuestra salud.
“La ira es un sistema muy sofisticado… para ponerlo de forma un poco dramática es como un dispositivo de control mental. Es una forma de meterse en la cabeza de otra persona y hacer que te valoren más. Es una forma de ganar conflictos haciendo que otros cambien de opinión”, declaró Sell.
El psicólogo describe en el programa que una parte importante del “control mental” proviene de un elemento puramente fisiológico: la “cara de ira”; que según el experto, cuando uno está enfadado, la ceja se vuelve más marcada, el grosor de la mandíbula aumenta y las fosas nasales se ensanchan. Es una forma de decirle a nuestros adversarios que somos superiores físicamente.
El experto también en criminología señala que el enojo otorga una ventaja evolutiva. Aunque lo lógico sería que aquellos que no se enojan ni se meten en peleas tienen una mayor tasa de supervivencia que el resto de seres humanos, existen diferentes estudios que demuestran que no es así.
Sell explica que “las personas que tenían un tipo particular de ira fueron más fuertes que las que no…Los que sobrevivieron fueron aquellos que amenazaron con retirar la cooperación, recordando fácilmente a los demás todo el bien que hacen”, así que de cierta forma “la ira le dio a estos humanos una ventaja evolutiva”.
Por su parte, Ryan Martin, presidente del programa de Psicología en la Universidad de Winsconsin-Green Bay, en EU, explica lo siguiente: “Tu sistema nervioso simpático, tu sistema de lucha y de huida se activan cuando te enojas. Aumenta el ritmo cardíaco, tu respiración y empiezas a sudar. También se ralentiza tu sistema digestivo”.
Lo anterior se debe a una reacción fisiológica del cuerpo que busca llenarte de energía para que sepas responder a cualquier situación que se te presente.
“Sabemos que cuando las personas sienten algo de forma muy intensa, sus pensamientos tienden a ser un poco más compartimentados…Están más centrados en la supervivencia” o “en la venganza”, agrega Martín.
Esta es una forma en la que el cuerpo se adapta a la situación que te provoca la ira porque no quieres estar pensando en otras cosas si estás tratando de responder a lo que te enoja.
Por tanto, la ira puede volvernos más agresivos física, verbalmente y hasta en las redes sociales. Pero hay que aprender a controlarla y usarla en nuestro propio beneficio, aseguran los expertos que aparecen en el programa de Burkmande.
Especialistas coinciden en que controlar la ira y canalizarla de manera efectiva nos dará la oportunidad de utilizarla en momentos importantes y necesarios.
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