Científicos encontraron un “gran espacio vacío” al interior de la pirámide
Un grupo de científicos realizó una especie de radiografía al interior de la Gran Pirámide de Keops, en Guiza, Egipto, la cual les permitió encontrar un “gran espacio vacío” que había permanecido oculto entre los muros.
La pirámide de 139 metros de alto fue, durante 3 mil años, el edificio más alto del planeta. Fue edificada entre los años 2 mil 509 y 2 mil 483 antes de Cristo.
Los visitantes pueden ingresar a la pirámide por un túnel excavado a ras de suelo en el año 820. Éste da acceso a sus tres cámaras: la subterránea, la de la reina y la del rey, éstas dos últimas conectadas por la Gran Galería, un pasaje de 46 metros de largo y casi nueve metros de alto.
Hace dos años se inició una investigación impulsada por el gobierno egipcio para explorar el monumento con técnicas nuevas no invasivas.
Tres equipos de físicos de Japón y Francia instalaron tres detectores de unas partículas llamadas muones en la pirámide, dos de ellos dentro y uno fuera. La piedra absorbe parte de los muones que caen del cielo, con lo que su concentración es mayor allí donde hay menor densidad, especialmente en los espacios vacíos.
Los muones se producen cuando los rayos cósmicos chocan contra los átomos en las capas exteriores de la atmósfera y que llueven sobre la Tierra por millones.
El equipo de investigadores de la Universidad de Nagoya y el laboratorio KEK, en Japón, y la Comisión de Energías Alternativas y Energía Atómica de Francia, constituyen el proyecto ScanPyramids, publicado hoy en la revista científica Nature, el cual reveló que hay una concentración de muones a 21 metros sobre el suelo concentrados en un “gran vacío” de más de 30 metros de largo y con un volumen, altura y anchura similar a la Gran Galería.
La investigación se basa en el primer experimento hecho por Luis Álvarez, un físico estadounidense, ganador del Nobel de Física en 1968, quien fuera el primero en usar la tomografía de muones para explorar el interior de otra pirámide egipcia, la de Kefrén, y demostrar que no había ninguna estancia por descubrir en su interior.
Uno de los científicos que participa en este proyecto, Mehdi Tayoubi, codirector del proyecto, explica que sería muy difícil “llegar hasta el gran vacío sin hacer grandes agujeros en los muros de la pirámide”.
La próxima exploración de la pirámide será investigar el espacio vacío de menor tamaño en el muro norte, justo al otro lado de los sillares en forma de cuña con pequeños robots y seguir radiografiando la pirámide con más detectores de muones.
Para entender qué son los muones, el físico Arturo Menchaca Rocha, de la Universidad Nacional Autónoma de México explica que “los muones atmosféricos son partículas cargadas muy penetrantes que de desplazan en línea recta y su flujo natural está atenuado por la materia, de forma que tiene una relación de uno a uno con la cantidad de materia atravesada”.
El investigador mexicano destaca que utilizó esta misma técnica para escanear la pirámide del Sol, en México. Al igual que Álvarez no encontró nada en su interior, una decepción que no deja de ser todo un éxito científico para este tipo de técnica de imagen basada en la física de partículas.
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