Al precisar que la violencia bárbara que ocurre en México “no es terrorismo, sino acciones del crimen organizado que utiliza técnicas terroristas” pues son prácticas que carecen de un objetivo político, ideológico o religioso claro, y solo persiguen fines económicos, el académico de la UNAM, Martín Íñiguez, resaltó que el terrorismo “es el uso sistemático del horror para ocasionar efectos psicosociales y provocar miedo a los pueblos o gobiernos.”
Al referirse a México, expuso que en 2014 ocupaba el sitio 138 de 162 países, donde el último número señala a la nación más violenta; en 2015, avanzamos al lugar 144.
Aquí, del 2007 al 2016 se han registrado 150 mil decesos derivados de la violencia. “Han muerto más mexicanos en este proceso que en todo el periodo de las décadas de 1970 y 1980 en América Latina”, resaltó Martín Íñiguez.
En Irak, desde 2003 han fallecido cerca de medio millón de personas; y de 2011 a 2016, en Siria han muerto más de 320 mil. Mientras, en Europa, en el mismo lapso, no han sido más de 300. Tan sólo en 2015, de los 388 ataques registrados en el mundo, menos de 10 fueron en el viejo continente. Esto significa que “lo que experimentaron las personas en París o en Bruselas es lo mismo de lo que huyen los migrantes”, subrayó el universitario.
El 80 por ciento de los actos terroristas se registran en cinco países: Afganistán, Siria, Irak, Nigeria y Libia, es decir, entre los propios territorios árabes musulmanes, informaron.
Cada vez que hay una intervención extranjera en el Medio Oriente, se suscitan ataques suicidas en países como Francia o Bélgica. La respuesta de los europeos es mandar más aviones y bombazos al terreno de operaciones, lo que genera un ciclo de violencia interminable que ha provocado una ola de migración, en particular Siria.
En territorio nacional se han producido hechos violentos como el estallamiento de bombas, el 15 de septiembre de 2008, en Morelia; el asesinato de 72 personas en San Fernando, Tamaulipas, en 2010; o la desaparición de 43 estudiantes de Ayotzinapa, en septiembre de 2014. Estos hechos se relacionan con corrupción, impunidad y tráfico de influencias, remarcó.
Empero, lo que ocurre aquí no es terrorismo, sino acciones del crimen organizado que utiliza técnicas terroristas. No hay un objetivo político, ideológico o religioso claro, sino que los fines son económicos.
Por último, estimaron que México “no podría ser blanco de un ataque terrorista. Los intereses del Estado Islámico no están en nuestra nación y los vínculos entre narcotraficantes y esa organización son por completo diferentes“, dijo Garduño.
En este momento no están dadas las condiciones, pero a medida que avanzamos en la espiral de la violencia, las condiciones se abren, concluyó Íñiguez.
Fuente: MVS Noticias
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