La idea de religión y ayuda es clave para entender la psicología del ateísmo
Estudios han demostrado que a mayor conocimiento, es menor probable que se crea en un ser superior
El psicólogo irlandés Nigel Barber mencionó que el ateísmo crece a pasos agigantados, y a pesar de que la religión es tan importante que llega a una décima parte de la productividad económica en diversas sociedades, superará el número de religiosos antes del 2038.
Desde su perspectiva, la religión funge como mecanismo para tratar las emociones desagradables asociadas a vivencias difíciles, como el peligro, la pérdida de un ser querido, decepciones o enfermedades. Es decir, cuando una persona se encomienda a un ser superior, es porque la vida se torna más complicada.
De acuerdo con el experto, la idea de religión y ayuda es clave para entender la mecánica psicológica del ateísmo, por ejemplo, los países ricos, prósperos y con mayores valores morales y sociales, no tienen las mismas necesidades, miedos y tristezas que países en vías de desarrollo o con altos índices de criminalidad, que es donde se ve una sociedad más religiosa.
Algunos estudios han demostrado que los científicos según van aumentando sus conocimientos, se apartan de la fe, se vuelven ateos o se adscriben a ideas que no son compatibles con las religiones tradicionales.
Grandes pensadores de la historia de la humanidad como Stephen Hawking, Albert Einstein, Sigmund Freud o Friedrich Nietzsche, tenían en común el ateísmo.
En 1933, el psicólogo James H. Leuba buscó poner a prueba la hipótesis de que “cuanto más instruida es la gente, menos probable es que crea en Dios”. Para comprobarlo hizo una encuesta entre científicos de Estados Unidos y sus respuestas confirmaron la idea de que hay menos probabilidades de que los científicos crean en Dios, que el resto de las personas.
Los resultados de este análisis arrojaron que a mayor nivel educativo o mejores resultados en test de inteligencia o de rendimiento, es menos probable que sean cristianos.
Otro estudio publicado por la Universidad de Oxford descartó que el sentimiento religioso esté vinculado con el pensamiento intuitivo de los seres humanos, por lo tanto, elimina que la religiosidad sea una cuestión con las que se nazca.
El autor de este estudio, Miguel Farías, señala que el sentimiento religioso se basa en la cultura de cada uno, no en algún tipo de intuición primitiva o lo que comúnmente llamamos como corazonada.
En conclusión, estas investigaciones han demostrado que los países con creencias religiosas divididas, como ocurre en Francia y Canadá, son naciones que suelen tener las más altas calificaciones en moralidad, confianza social, igualdad económica y registran índices bajos de criminalidad.
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