Unas 120.000 personas, según las autoridades, han vuelto a manifestarse este sábado por sexta vez en apenas un mes en contra de la reforma laboral del ejecutivo francés. Las marchas han acabado con enfrentamientos entre encapuchados y policías antidisturbios en París y en otras ciudades y se han saldado con al menos 26 detenciones en todo el país. La policía ha informado de que tres agentes y un manifestante han resultado heridos de carácter leve.
La impresionante columna humana arrancó a las dos de la tarde en la plaza de la Republique, epicentro del movimiento Nuit Debout, y a las seis de la tarde no había terminado de entrar la manifestación a la Plaza de la Nation.
Durante las marchas se ha visto a grupos de encapuchados, que la policía tenía controlados y se han registrado momentos de tensión esporádicos, pero ha sido al final del recorrido, en la plaza de la Nación cuando los encapuchados han comenzado a lanzar botellas y piedras a los agentes, que han respondido con gases lacrimógenos.
Al final de la manifestación, la policía había cercado la Plaza de la Nation, donde terminaba la marcha.
El movimiento Nuit Debout lamentó los incidentes tras la manifestación contra la reforma laboral y recordó que se trata de un movimiento pacífico.
Los indignados de París, reunidos en torno al lema #NuitDebout (Noche en pie), cumplieron ayer más de una semana ocupando la simbólica Plaza de la República de París. Allí llegaron el 31 de marzo, tras la manifestación contra la reforma laboral y con el mensaje de que no regresaban a casa porque la lucha no había finalizado.
Desde entonces, se reúnen cada tarde hasta entrada la noche. Algunos acampan de forma simbólica. De unos escasos centenares pasaron a ser más de dos mil asiduos en las asambleas ciudadanas, inspiradas en las del 15M español.
Ayer, en la sexta jornada de protesta en el último mes contra la reforma laboral en Francia, se notó un descenso significativo del número de manifestantes en las calles. Las autoridades informaron que 120 mil personas se manifestaron en unas 200 ciudades en todo el país, frente a las casi 400 mil que lo hicieron el 31 de marzo, cuando marcaron un récord en contra de la que parece la última gran reforma del mandato del presidente socialista François Hollande.
Pese a la menor presencia de manifestantes en la calle, el movimiento de indignados se extiende a más ciudades. No solo ha habido disturbios en la capital francesa, también en Rennes y en Nantes. Las siete organizaciones y los sindicatos opuestos a la reforma laboral del Gobierno francés habían convocado manifestaciones en todo el país. En Lyon han manifestado unas 4000 personas, 3.800 en Marsella, 2.500 en Grenoble y unas 1.700 en Lille, según Interior. Unas 200 ciudades han registrado protestas.
Después de los desfiles, el movimiento de los indignados de #NuitDebout ha llamado a ocupar las plazas de las grandes ciudades francesas y europeas. “Espero que la noche de a luz algo de esperanza”, explicaba así Anne, una mujer de unos 40 años sin trabajo, que se reconoce “al 200% en el movimiento” de los que ocupaban la plaza.
Pese a las modificaciones del borrador inicial de la reforma laboral —oficialmente denominada proyecto de ley de “nuevas libertades y nuevas protecciones para las empresas y activos”— y los esperados anuncios del Gobierno la semana que viene para calmar al movimiento juvenil, el frente unido contra la reforma sigue denunciando el “espíritu” mismo de la ley y reclama su retirada. La ley permite, por ejemplo, acuerdos dentro de cada empresa para flexibilizar la jornada laboral y permite despedir empleados por motivos económicos, aunque deben justificarse por una caída de los pedidos o del volumen de negocio de cuatro trimestres consecutivos, o unas pérdidas de explotación durante un semestre. Con su última gran reforma antes de las presidenciales de 2017, el presidente socialista François Hollande afirma tratar debuscar fórmulas para luchar contra el desempleo (en febrero alcanzó su nivel récord de 3.59 millones de personas, más del 10% de la población activa).
El Gobierno de Hollande se toma muy en serio la movilización juvenil. Por eso ha multiplicado durante la semana los contactos con los representantes de las organizaciones estudiantiles, sin éxito. El próximo lunes, el primer ministro, Manuel Valls, recibe en persona a ocho representantes de estas organizaciones. Se espera que anuncie medidas para facilitar la incorporación al mercado laboral de los más jóvenes. Entre las que se barajan, está la creación de una ayuda económica para los menores de 25 entre el momento en el que se diploman y el primer trabajo. Para el líder del sindicato estudiantil Unef, William Martinet, “las propuestas del Gobierno dependerán de la importancia de la movilización del sábado”, según ha estimado a la radio France Info.
Mientras tanto, el proyecto de ley de la reforma laboral se encuentra ya en la Asamblea Nacional. Será debatido a partir de mayo, por lo que podría todavía ser sometido a varias modificaciones. Los sindicatos, pese a todo, ya han convocado una nueva jornada de huelga y de manifestaciones para el próximo 28 de abril.
También te interesará:
¿Por qué debe preocuparnos el estado de excepción en México?
Sé parte de la conversación