El padre Alejandro Solalinde asegura que el gobierno federal conocía, desde un principio, qué había ocurrido con los 43 normalistas de Ayotzinapa y sostiene lo que dijo desde el año pasado: que algunos fueron asesinados pero que aún no queda claro el lugar donde habrían sido incinerados.
En entrevista para Aristegui CNN, el religioso indicó que tuvo 6 informantes, quienes son habitantes de Guerrero, y tiene “perfectamente” ubicados, pero no puede revelar sus nombres por el peligro que corren.
Para dar con el paradero final de los normalistas, sostuvo, las claves son: la intervención del Ejército, la Policía Federal, un quinto camión involucrado, el testimonio de un chofer y los estudiantes que estuvieron la noche del 26 de septiembre en Iguala.
“Todo eso tiene una relevancia muy grande porque ha habido una voluntad férrea de seguir ocultando la verdad cuando el Estado sabe desde un principio qué pasó con ellos”,aseveró.
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