El narcotraficante mexicano Joaquín el Chapo Guzmán tiene una gran capacidad para hacer negocios y tejer alianzas, al grado de que podría ser el director general de una empresa multinacional que manejara abogados en vez de sicarios, como lo hace su organización criminal.
Así describió en 2010 el periodista británico-estadounidense Malcolm Beith al líder del cártel de Sinaloa —cuya recaptura fue confirmada este viernes—, por quien el Departamento de Estado de Estados Unidos ofrecía una recompensa de 5 millones de dólares.
Beith, quien ha trabajado en medios como Newsweek, Foreign Policy yThe News, publicó en septiembre de 2010 su libro The Last Narco: Hunting ‘el Chapo’, The World’s Most Wanted Drug Lord (El último narco: cazando a ‘el Chapo’, el capo más buscado del mundo), en el que hizo un recuento de las actividades ilegales de Joaquín Guzmán y dibujó rasgos de su forma de ser.
“Quise hacer un perfil de el Chapo, plasmar un poco de su personalidad… es un hombre muy inteligente, muy calculador, que en otro universo podría haber sido el CEO (director general) de una empresa multinacional que usara abogados en vez de sicarios”, comentó el autor en entrevista.
Vía telefónica desde Estados Unidos, afirmó entonces que en su investigación obtuvo testimonios de casos de corrupción, que incluyen a la agencia antidrogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés).
“Encontré alegaciones de autoridades mexicanas que dicen que la DEA ayudó a el Chapo Guzmán a escapar de la cárcel”, comentó.
El exfuncionario que hizo esas declaraciones fue Samuel González Ruiz, extitular de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO), aunque fuentes de la agencia estadounidense lo negaron.
El Chapo Guzmán, ahora de 60 años, se fugó del penal de Puente Grande, en el estado de Jalisco, en enero de 2001. Para salir de la cárcel contó con la ayuda de un guardia, quien lo escondió en un carro de lavandería.
La fuga ocurrió durante del gobierno de Vicente Fox, que ocupó la Presidencia mexicana entre 2000 y 2006.
Beith aseguró que actualmente “el narcotráfico en México está muy desorganizado” y que hay una ruptura y fuertes enfrentamientos entre los cárteles. Según el gobierno de Enrique Peña Nieto, desde diciembre de 2006 a diciembre de 2012, en el mandato de Felipe Calderón, más de 70,000 personas murieron en acciones derivadas de la delincuencia.
Uno de los antiguos aliados de Guzmán, Édgar Valdez Villarreal, la Barbie, capturado en agosto de 2010, atribuyó a el Chapo la violencia que aqueja a México desde 2007, cuando el entonces presidente, Felipe Calderón, inició una estrategia de seguridad para combatir el narcotráfico. Los cabecillas de los cárteles, aseguró la Barbie, hicieron un pacto de no agresión, pero el Chapo lo rompió.
Gracias a entrevistas con policías municipales, funcionarios y miembros del crimen organizado del más bajo perfil, el periodista confirmó una percepción común entre académicos, analistas y ciudadanos: que en México la corrupción permitía el tráfico de droga y que el negocio se extienda a otros países.
“El Chapo es un hombre muy inteligente”, dijo el autor. En 1993, cuando fue detenido, y en 2001, cuando escapó de prisión, era un capo más, pero hoy es “el narcotraficante más poderoso de México”, consideró.
También sostuvo que los narcotraficantes mexicanos han logrado extenderse fuera del país gracias a contactos de varias nacionalidades en Estados Unidos u otras naciones.
Un delincuente aferrado al terruño
Después de haber puesto en ridículo al Gobierno mexicano en julio al haberse escapado de la cárcel del Altiplano, en el centro del país,Joaquín El Chapo Guzmán Loera se ocultó en el mejor escondite que conoce: su tierra. El líder del cártel del Pacífico eligió, una vez más, su Estado natal de Sinaloa para esquivar a los cientos de soldados y marinos que lo buscaban. El capo nació hace 58 años en el pueblo de Badiraguato, un municipio enclavado en la sierra sinaloense. Este viernes, el criminal fue capturado en Los Mochis, una ciudad al norte de la entidad, a 200 kilómetros de su cuna.
Guzmán creció con su destino ligado a la agricultura, como muchos de los hombres que nacen en esos pueblos pobres de la serranía. Informes psicológicos realizados por la Fiscalía en los años que estuvo en reclusión lo describen como un tipo “seductor, espléndido, que genera lealtad y dependencia hacia su persona”. Esa cualidad le brindaba cobijo en las tierras de donde es originario. La admiración que despertaba entre numerosos fieles tejía una compacta red social de apoyos que hacían tremendamente difícil a las autoridades encontrar a alguien dispuesto a delatarlo. Con más de 60.000 kilómetros cuadrados de sembradíos de marihuana y amapola en México, El Chapo encabeza un imperio criminal que significa el sustento de miles de familias.
Unos de sus puntos débiles son la familia y las mujeres. Cuando el Gobierno de Enrique Peña Nieto lo capturó por primera vez, el 22 de febrero de 2014, el delincuente fue seguido por elementos de la Armada hasta un apartamento en el balneario de Mazatlán (Sinaloa), donde el criminal pasaba tiempo con su esposa Emma Coronel Aispuro y sus dos hijas. El Chapo había decidido pasar un tiempo con su familia antes de volver a desaparecer en la orografía del noroeste mexicano. Ese error le costó la cárcel.
Guzmán ha consolidad o un imperio criminal que nació en la mitad del siglo XX y que se fue aglutinando y transformando a otras organizaciones. En los años 80, el cártel de Sinaloa se apoderó de parte de las rutas de las drogas que provienen del sur de América rumbo a Estados Unidos. También controlan los caminos que atraviesan Centroamérica. El Chapo fue capturado por primera vez en junio de 1993 en Guatemala en un operativo encabezado por el general Otto Pérez Molina, expresidente chapín, hoy en la cárcel acusado de corrupción. La organización delictiva tiene presencia en 50 países. La tercera captura de Guzmán aumenta el mito del otro gran líder del cártel, Ismael El Mayo Zambada, que a sus 67 años lleva toda una vida a salto de mata sin que el Gobierno le haya puesto las manos encima en una sola ocasión.
Fuentes: CNN y el País
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