Fue sancionada para que no pueda trabajar de por vida
Asegura que nunca pudo dar su versión de lo sucedido
En marzo pasado, dos residentes del área de patología de la Clínica 24 del instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Monterrey, Nuevo León, fueron despedidas, luego de que en redes sociales se difundieran fotografías en las que posan junto a la pierna amputada de un paciente.
A través de su cuenta de Twitter, una de las implicadas publicó una imagen con el mensaje, “mi primera pierna papá. Perdone usted si estas imágenes le causan molestias”.
Las imágenes causaron polémica en redes sociales. Ana Paulina Sánchez, doctora que aparece en las fotografías, fue ampliamente criticada.
De acuerdo con Sánchez, fue una compañera suya quien subió las fotografías sin su consentimiento, hecho que además de su despido hace dos meses, ahora le acarrea nuevos problemas.
“Mi compañera se equivocó, fue un acto de inmadurez, pero el mismo paciente ni siquiera estaba afectado, el IMSS se encargó de buscarle nombre al miembro amputado, no tenía rostro, no tenía nombre, ni había un logo del instituto por ningún lado, pero el IMSS se encargó que se afectara su privacidad porque ahorita ya se sabe el nombre del paciente”, dice.
El linchamiento del que fue víctima en redes sociales le impedía salir al calle, pues la joven tenía temor de ser reconocida.
La doctora no sólo fue despedida y amenazada de ser acusada penalmente, sino que el pasado martes le notificaron verbalmente que fue sancionada para que no pueda trabajar de por vida en ninguna institución pública de salud.
Ante ello, Ana sostiene que luchará para lograr el regreso a su trabajo, y que le retiren la sanción que injustamente le impusieron, pues alegan que abundan en redes sociales imágenes de médicos y hasta directivos del IMSS mostrando extremidades amputadas y hasta los rostros de los pacientes.
“Tenemos fotografías de aquí del delegado de Michoacán, de pacientes con rostro completo, no solamente la pierna, y nadie dice nada, aunque se sabe quién las etiquetó”, aseguró al diario El Universal.
Explica que por norma, en la clínica se tenían que fotografiar todas las piezas, una mano, una pierna, un dedo, una uña, pero el día que ocurrió el incidente la cámara estaba descargada, y tuvieron que hacer uso de un celular de su compañera.
Aunque al inicio ningún abogado se atrevía a defenderla, hoy es respaldada por tres despachos de abogados, que no están cobrando honorarios, sólo la cobertura de los costos.
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