La acusada fue directora de una escuela para niñas, y tras ser acusada de violaciones en contra de las menores se refugió en Israel
Malka Leifer, de 54 años, fue la directora de la escuela para niñas Adass Israel Haredi, ubicada en la ciudad de Melbourne, Australia, en el 2008.
Sin embargo, ese mismo año, fue destituida del cargo, tras ser acusada por varias alumnas de haber abusado de ellas sexualmente en el 2001 y huyó a Israel.
Desde entonces inició una dura batalla judicial y ahora, después de seis años y con 74 cargos en su contra por abuso sexual, Leifer será extraditada a Australia para ser juzgada por estos delitos.
La noticia de su extradición fue dada a conocer por una de las tres hermanas que denunciaron a la exdirectora y quienes levantaron una campaña en su contra.
Asimismo, el abogado defensor de la directora confirmó los hechos y de hecho, su traslado en avión se ha producido justo en el último momento, ya que el aeropuerto internacional de Israel ha cerrado sus puertas este mismo día por temor a la entrada de la nueva variante británica del coronavirus.
De acuerdo con El Confidencial, el proceso de extradición de Leifer lleva gestándose desde el 2014, cuando fue detenida por la Interpol tras activar una orden internacional en su contra por los delitos de abusos sexuales a menores.
Sin embargo, la defensa de la acusada fue rápida y, con el objetivo de poder ganar tiempo antes de ser devuelta a Australia, trató de demostrar que la detenida estaba mentalmente incapacitada. Un pretexto que sirvió para que en 2016 un tribunal de Jerusalén detuviera el procedimiento al considerar que Leifer no estaba en condiciones de ser juzgada.
Luego de las denuncias presentadas por las tres hermanas víctimas de Leifer, la organización Jewish Community Watch (JCW), una organización judía dedicada a la prevención del abuso sexual infantil dentro de la comunidad judía ortodoxa, mostró su apoyo a las víctimas y agilizó la investigación para que el caso de la exdirectora llegara ante un juez.
Con ayuda de un investigador privado, la organización demostró que Leifer llevaba un estilo de vida y rutinas completamente normales que no evidenciaban ningún tipo de incapacidad mental.
Gracias a las imágenes capturadas por el detective, la acusada pudo ser detenida nuevamente por la Interpol en 2018 y a principios del 2020, un equipo de expertos se encargó de evaluar el estado de salud de Leifer, determinando que único que había hecho durante todos estos años fue fingir que padecía una enfermedad mental.
Finalmente, un juez determinó en septiembre del año pasado que Leifer fuera extraditada a Australia.
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