Otro de pescado de los más sustituidos fue la sierra, en un 89%
En el caso de la Ciudad de México, el 40% de la sustitución fue por producto de acuacultura, que es más barato, e incluso por tiburones o rayas
En un 95 por ciento de ocasiones, establecimientos de la Ciudad de México, Cancún y Mazatlán venden a consumidores otras especies de pescado que hacen pasar como marlin, así lo evidenció la organización Oceana México.
Con base en un análisis de ADN que esta organización realizó a 133 establecimientos de estas tres ciudades, se determinó el constante fraude que se realiza con un buen número de especies marinas.
Por ejemplo, además del marlín, otro de pescado de los más sustituidos fue la sierra, en un 89 por ciento de las veces; le sigue el mero, con el 87, y el huachinango, con 54 por ciento de los casos.
“La idea (del estudio) es que la gente se preocupe de qué es lo que está comiendo porque puede estar comiendo algo mucho más barato que lo que está pagando”, destacó Renata Terrazas, investigadora de Oceana.
“O está consumiendo algo que viene de la pesca ilegal”, advirtió Terrazas en entrevista retomada por el diario Reforma.
Oceana México analizó 376 muestras de ADN entre junio y octubre de 2018, de las que se detectaron 116 casos de sustitución de especies, es decir, el 31 por ciento.
En estas tres ciudades la sustitución afectó al 36.5 por ciento de las pescaderías, 33.5 por ciento de los restaurantes, y 16.5 por ciento de los supermercados.
“El fenómeno de que se sustituyen especies muy populares y de precios más altos por especies que la gente no necesariamente quiere y que son mucho más baratas pasa mucho, y esto es lo que llamamos sin ningún tipo de reserva fraude porque hay un efecto de defraudar al cliente y cobrarle una cosa con un precio y darle otra cosa con otro precio”, explicó Pedro Zapata, vicepresidente de Oceana México.
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Aproximadamente el 60 por ciento de esta sustitución fue por un producto de menor valor, y en el 40 por ciento restante fue por un pescado de valor similar aunque menos conocido, o de mayor valor.
“No había el producto que querías, te doy otro muy parecido, de la misma calidad, eso pasa mucho en Mazatlán. Y está el otro extremo que es Cancún, donde pedías mero y te daban basa, esa es de las peores sustituciones que llegamos a encontrar”, indicó Terrazas.
“Es importado, no conocemos los procedimientos bajo los cuales fue vendido. Muchas veces les inyectan agua, entonces pesan más porque traen más cantidad de agua congelada por dentro y le ponen químicos para su conservación”, agregó.
Cabe destacar que en el caso de la Ciudad de México, el 40 por ciento de la sustitución que hubo fue por producto de acuacultura, que es más barato, e incluso por tiburones o rayas, especies totalmente diferentes.
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