El ex funcionario cobró un sueldo que rondaba en en los 50.000 euros
Carles Recio era un funcionario público español encargado de la jefatura del Archivo Provincial de Valencia, sin embargo nunca estaba en su puesto de trabajo, ni siquiera contaba con un lugar físico de trabajo en ninguna de las dependencias adscritas a la Diputación de Valencia.
De acuerdo con una nota publicada por PlayGrund, el funcionario acudía al edificio en el que tiene su sede el Archivo únicamente para checar. Así, durante años, se presentó a 7:30 de la mañana a poner su pulgar en la máquina de control presencial, esperaba al beep de validación de su huella dactilar y volvía a su coche para marcharse. Al final de la jornada, volvía a aparecer, fichaba su salida y se volvía a marchar.
Esta situación tuvo lugar durante una década, misma en la que percibió un sueldo que rondaba los 50.000 euros.
Fue hasta el pasado enero que alguien se decidió a denunciar la situación a través del diario El Mundo.
La instrucción del expediente disciplinario abierto contra Carles Recio establece que el funcionario cometió una “falta muy grave continuada de abandono de servicio”, al no haberse encontrado pruebas de que haya ejercido trabajo alguno durante una década, ni dentro ni fuera de las instalaciones del Archivo.
El actual presidente de la Diputación, Jorge Rodríguez, prometió entonces una sanción “ejemplarizante” si se probaba que lo que se contaba de Recio era cierto.
A seis meses de la denuncia, la investigación interna arrojó que Recio sí cometió una falta grave y otra muy grave según la ley de Ordenación y Gestión de la Función Pública Valenciana.
Luego de ello se determinó “la separación del empleado público del servicio”, es decir, su despido y la pérdida de su condición de funcionario.
Según el expediente queda probado que el suyo fue un puesto nominal creado ‘a dedo’ que nunca tuvo un contenido real a nivel de funciones.
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