El pasado viernes 29 de enero, Marcos Miguel Pano Colón de 7 meses fue asesinado afuera de una tienda en Pinotepa Nacional, Oaxaca. Estaba en los brazos de su padre de 24 años y al lado de su mamá, de 17.
Las autoridades al principio dijeron que el ataque se trató de un ajuste de cuentas dirigido hacia su papá, pero luego corrigieron, y argumentaron que se trató de “un daño colateral”. Lamentablemente, la historia de ‘Marquitos, como le decían de cariño, no es la única en el país.
La Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim) denunció que desde que inició la estrategia militarizada en diciembre de 2006 hasta la fecha, la violencia en México ha cobrado la vida de al menos 2 mil niños.
A dicha cifra se suman desapariciones, trata, tortura, reclutamiento forzado, entre otros delitos. Pese a esta situación, indica la organización, el Estado no ha implementado políticas públicas y estrategias integrales para salvaguardar a los niños.
“Estos crímenes, en mayoría quedan en impunidad. A los niños no se les está brindado derecho a la justicia. […] Lo que estas personas están haciendo es mandar mensajes de horror, donde pueden matar a toda una familia, incluyendo a un niño pequeño, porque no hay límites, no hay castigo”, expresó Juan Martín Pérez García, director ejecutivo de Redim.
Fuente: SinEmbargo
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