“Es como leer un documento que conmemora un acontecimiento ocurrido 40 años después de 1776″
El fragmento superior de la estela contiene la imagen parcial de un hombre que sostiene un cetro de serpiente, símbolo tradicional del rey.
Un descubrimiento en Guatemala aporta información nueva e importante sobre la feroz rivalidad entre dos superpotencias durante el apogeo del Imperio Maya, hace aproximadamente 1,500 años.
Investigadores del sitio El Achiotal, en la región del Petén guatemalteco, encontraron un monumento de piedra fracturado que podría representar a un señor vasallo local (ajaw) designado por Siyaj K’ahk (“Fuego que nace” o “Nacido del fuego”), rey guerrero de Teotihuacán, uno de los lugares más importantes de la era prehispánica que estaba localizado cerca de la CDMX.
El anuncio del descubrimiento se hizo en una conferencia de prensa en Guatemala por Marcello Canuto, director del Instituto de Investigación Mesoamericana de la Universidad de Tulane y Tomás Barrientos, director del Departamento de Arqueología de la Universidad del Valle de Guatemala.
Los arqueólogos descubrieron dos fragmentos de estela que componen la parte superior e inferior de un monumento, el cual fue retirado de su ubicación original –probablemente del frente de un templo- y colocado en un pequeño altar rodeado con ofrendas de cerámica, pedernales y huesos humanos. El fragmento superior de la estela contiene la imagen parcial de un hombre que sostiene un cetro de serpiente, símbolo tradicional del rey.
David Stuart, epigrafista maya de la Universidad de Texas en Austin, viajó a El Achiotal para descifrar los jeroglíficos de la parte posterior de la estela. Averiguó que fue erigida para conmemorar el 40 aniversario de un ajaw, pero como la estela está incompleta, no pudo identificar su nombre ni el de su líder.
La estela también tenía inscrita una fecha, pero esa lectura fue “uno de los trabajos de traducción más difíciles en los que he participado”, confiesa Stuart. “Los escribas fueron muy taimados y inscribieron uno de los elementos de la fecha de manera súper ambigua”.
Dicho aniversario podría estar relacionado con una de cuatro fechas posibles y la interpretación más conservadora de Stuart –con la que se siente más cómodo- apunta a noviembre 22, 418 d.C.
Cuando Canuto y Stuart retrocedieron 40 años desde 418 d.C., se percataron de que ese aniversario podría marcar un acontecimiento en 378 d.C.: el año funesto en que Siyaj K’ahk’ llegó a la región procedente del Valle de México, instauró un nuevo liderazgo en Tikal bajo sus órdenes, y emprendió la serie de cambios en el sistema político maya que los eruditos aún intentan comprender.
“Es como leer un documento que conmemora un acontecimiento ocurrido 40 años después de 1776 (año de la Declaración de Independencia de Estados Unidos)”, comenta Canuto. “Es un año que todos (los estadounidenses) recordarían”.
Los investigadores están particularmente impresionados por el hecho de que, a juzgar por las ofrendas del altar, los fragmentos de estela que representan al señor vasallo de Tikal fueron venerados hasta alrededor de 600 o 650 d.C.
Eso abarca no solo varias generaciones posteriores a la época en que El Achiotal fue abandonado (a mediados o fines del siglo V d.C., según los arqueólogos) sino también el periodo en que la región estuvo bajo la influencia del archirrival de Tikal, la ciudad-estado de Calakmul.
Fuente:NG en español
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