Las personas con autismo ven el mundo a través de unos ojos distintos al del resto de las personas y esto influye en cómo interaccionan con su entorno.
Un estudio de Cal Tech descubrió que esto se debe a que el cerebro de una persona que sufre trastornos del espectro autista (TEA) interpreta de un modo diferente la información visual que recibe.
Cuando una persona con autismo muestra comportamientos repetitivos o antisociales, no se comunica o tiene dificultades para hacerlo, puede ser consecuencia de su percepción y de su centro de atención en una situación concreta.
Los investigadores indagaron en este tema creando una serie de fotografías que ilustran cómo una persona con autismo percibe su entorno.
Para el estudio, el equipo de especialistas enseñó 700 fotografías a 20 personas con autismo de alto funcionamiento y a 19 sujetos control, que no tenían autismo.
Fuente: huffingtonpost.es
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