La prueba es capaz de evaluar los niveles de la proteína beta amiloide, ligada al Alzhéimer
Entre los beneficios de esta prueba destaca que será posible el desarrollo de tratamientos capaces de detener el proceso de la enfermedad a tiempo
Un análisis de sangre ha demostrado ser capaz de detectar cambios cerebrales hasta 20 años antes de que una persona desarrolle los primeros síntomas del Alzheimer, como la pérdida de memoria o la confusión.
Investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en St. Louis, EU, publicaron un estudio en la revista Neurology, en el que dieron a conocer más detalles de este test que es capaz de evaluar los niveles de la proteína beta amiloide, ligada al alzhéimer, en sangre y de dilucidar si dichos niveles predicen si la proteína se ha acumulado en el cerebro.
Dicha prueba tiene una eficacia del 94 por ciento en aquellas personas que presentan cambios cerebrales en las fases muy precoces de alzheimer cuando los niveles de amiloide en sangre se combinan con otros dos factores principales de riesgo de la enfermedad, como la edad y la presencia de la variante genética APOE4.
Los especialistas refieren que esta prueba es más sensible que la que se utiliza actualmente, un escáner cerebral PET, que ayuda a detectar comienzo de la deposición de amiloide en el cerebro.
Los médicos que participaron en la investigación confían en que la prueba esté disponible en pocos años y que sus beneficios serán mayores una vez que haya tratamientos capaces de detener el proceso de la enfermedad y prevenir la demencia.
El test sangre podría ser una vía eficiente para detectar a aquellas personas con signos tempranos de enfermedad para que puedan participar en ensayos clínicos que evalúen si los medicamentos pueden prevenir la demencia.
Al respecto, Randall J, Bateman explicó lo siguiente: “Actualmente examinamos a las personas con escáneres cerebrales, lo que lleva mucho tiempo y es costoso… Un análisis de sangre, podríamos examinar a miles de personas cada mes. Eso significa que podemos identificar a los participantes de manera más eficiente en ensayos clínicos, lo que nos ayudará a encontrar tratamientos de una forma más rápida; además, podría tener un enorme impacto en el coste de la enfermedad”, sentenció.
La prueba de sangre utiliza una técnica llamada espectrometría de masas para medir con precisión las cantidades de dos formas de beta amiloide en la sangre: beta 42 amiloide y beta 40 amiloide.
Para esta investigación fueron analizados 158 adultos mayores de 50 años. Todos, excepto 10, eran cognitivamente normales, y cada uno proporcionó al menos una muestra de sangre y se sometió a un escáner cerebral PET.
Posteriormente los expertos clasificaron cada muestra de sangre y exploración PET como amiloide positivo o negativo, y encontraron que el análisis de sangre de cada participante estuvo de acuerdo con su exploración PET, es decir, el 88 por ciento de los casos, sin embargo aunque el resultado era prometedor, no fue lo suficientemente preciso para diseñar una prueba de diagnóstico clínico.
Neurólogos coinciden en que el tratamiento del alzhéimer debe comenzar antes de que aparezcan los primeros síntomas cognitivos, informó ABC.
Para mejorar los resultados, durante la investigación los científicos incorporaron varios factores de riesgo importantes para el alzhéimer: edad, la presencia de la variante genética APOE4 y el género.
Destacando la edad como el mayor factor de riesgo conocido, ya que a partir de los 65 años, la probabilidad de desarrollar la enfermedad se duplica cada cinco años, la variante genética APOE4 aumenta el riesgo de desarrollar alzhéimer de tres a cinco veces, y el género también desempeña un importante papel: dos de cada tres pacientes con alzhéimer son mujeres.
Cuando los investigadores incluyeron estos tres factores de riesgo en el análisis, descubrieron que la edad y el estado APOE4 aumentaban la precisión del análisis de sangre al 94 por ciento, cabe mencionar que el género no afectó el análisis.
Los resultados de los análisis de sangre de algunas personas inicialmente se consideraron falsos positivos porque el test fue positivo para beta amiloide, pero el escáner cerebral negativo. Sin embargo, algunas personas con resultados desiguales dieron positivo en los escáneres cerebrales posteriores tomados cuatro años más tarde.
Como parte de la investigación, los expertos analizaron el proceso de inscripción de un importante ensayo clínico de prevención de la enfermedad de Alzheimer llamado estudio A4 que utilizó escáneres PET para confirmar la presencia de cambios cerebrales precoces de la enfermedad de Alzheimer en los posibles participantes.
Para concluir, los investigadores explicaron que la detección previa con un análisis de sangre seguido de una exploración PET redujo la cantidad de exploraciones PET necesarias en dos tercios.
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