Es común escuchar dentro de una plática efímeramente politizada, la trillada frase: “México tiene todo para ser un país chingón”. Una gran verdad miseramente reflejada en la vida cotidiana del país. Las políticas neoliberales que se han legalizado paulatinamente, han permitido el saqueo sistemático de los recursos del país por parte de los extranjeros.
La pésima interpretación social acerca de la injerencia extranjera en la administración de los recursos, ha desembocado en un fortalecimiento de la tendencia malinchista en nuestro país, que sigue atrapado en el eterno sueño de compartir reflectores con las potencias más abusivas del mundo. En este mes patrio, hay muy poco que celebrar.
*Esta columna refleja sólo el punto de vista de su autor
POR: Manuel Tenedor
@ManuelTenedor
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