Vincent Laborde hizo las primeras investigaciones al respecto
El médico refiere que el cerebro permanece activo aun después de la muerte si se le administra o no sangre
¿Te has preguntado durante cuánto tiempo es consciente el cerebro de una persona que es decapitada? Los primeros estudios se remontan al médico Jean Baptiste Vincent Laborde, quien comenzó a hacer sus averiguaciones con cuerpos que eran llevados al cementerio de París después tras ser ejecutados contándoles la cabeza.
Algunos médicos del siglo XVII concluyeron que la conciencia y la capacidad de sentir dolor aún estaban presentes, incluso un cuarto de hora después de que la persona hubiera sido decapitada.
Durante mucho tiempo para responder la cuestión del “momento exacto de la muerte”, los científicos utilizaban las cabezas decapitadas para golpearlas con fuerza mientras les gritaban o decían su nombre esperando una reacción.
La técnica de Laborde fue un poco más original. El hombre ya había intentado varias veces conectar cabezas humanas cortadas al sistema circulatorio de un perro vivo, pero no lo consiguió.
Un día el médico fue a la plaza del pequeño pueblo de Troyes, a 150 kilómetros al este de París. Era el 2 de julio de 1885 y Laborde estaba esperando la ejecución de un asesino llamado Gagny. Seis meses antes, en la granja Gloire-Dieu, Gagny y un cómplice habían asesinado al dueño, a su madre y a su doncella.
Con el apoyo de un médico de Troyes y la aprobación del alcalde de la ciudad, Laborde tomó posesión de la cabeza de Gagny siete minutos después de su ejecución. Rápidamente estableció la conexión de su arteria carótida izquierda con la de un perro grande. A través de la carótida derecha de la cabeza del asesino planeó introducir sangre de buey caliente con una jeringuilla.
Sin embargo, incluso sin mantener un flujo de sangre y sosteniendo una vela en frente de los ojos de la cabeza, esta todavía producía un efecto: las pupilas se estrecharon. Finalmente y después de 20 minutos, la transfusión doble parecía funcionar. El efecto se notó de inmediato. Según recogió el médico:
El lado izquierdo especialmente, el que estaba siendo suministrado con la sangre del perro, tomó un tono purpúreo, lo que lo sorprendió.
Minutos después de establecer conexión con la cabeza del humano y el cuerpo del hombre, la cabeza chasqueó los dientes y produjo algunas palabras en un idioma extraño.
Las conclusiones de Laborde señalaron que el cerebro permanece activo después de la muerte el doble de tiempo, tanto si se administra la sangre como si no. Sin embargo sus investigaciones no revelaron cuánto tiempo pasa activo el cerebro después de ser decapitado.
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