El gobierno federal ha recaudado 114,449 millones de pesos por el impuesto al consumo a gasolinas, pero con un dólar más caro, estos ingresos extra pueden menguar cuando más los necesita. ¿Qué tan transparente y eficiente es en el uso de estos recursos adicionales?
Si se hace la conversión de galones a litros y con un tipo de cambio de 17.18 pesos por dólar, un litro de gasolina en dicha zona de EU cuesta en promedio 10.52 pesos, cuando la gasolina Magna en México está en 13.57 pesos por litro.
Es decir, para llenar un tanque de 50 litros en una gasolinera de Pemex se necesitan hoy 678.5 pesos, mientras que en Estados Unidos sólo se gastan 526 pesos.
¿Por qué, pese a que el dólar está en máximos históricos, sigue siendo más cara la gasolina en México? Hay dos razones:
- La sobreoferta de petróleo que deprimió los precios internacionales de crudo y abarató la gasolina en EU.
- El gobierno mexicano está recaudando ingresos adicionales gracias al Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), implantado originalmente para igualar los precios del combustible de México con el de EU.
En un momento en que la administración de Enrique Peña Nieto hace recortes al gasto público y buscará reordenarlo en 2016, está recibiendo ingresos extraordinarios a través de la venta de combustible.
¿Cuánto? De enero a junio de este año, el IEPS a gasolinas y diesel le dio al gobierno ingresos extra por 114,449 millones de pesos (mdp), de acuerdo con registros de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
Pero el riesgo de tener este dinero “extra” emanado del consumo de gasolina es que hay “poca transparencia a la hora de gastarlo y se privilegia el financiamiento al gasto corriente y opaco de los estados y municipios”, alerta el Centro de Investigación para el Desarrollo AC (CIDAC).
“Los consumidores de gasolinas no tienen certeza sobre el destino de los impuestos que pagan cuando consumen combustibles, ni pueden esperar que el gobierno local destine esos recursos para obras de infraestructura vial e hidráulica, movilidad urbana y conservación del medio ambiente”, señala el organismo en el estudio Rediseñar el régimen fiscal de las gasolinas es posible, publicado el 31 de mayo de este año.
Pero si se está recaudando más por el consumo de combustible, hay otro riesgo en el horizonte que puede mermar los ingresos en este rubro: Pemex importa más gasolina de la que produce dentro del país. En junio, Pemex Refinación tuvo una producción promedio de gasolinas de 376,308 barriles por día, mientras que en el mismo mes las importaciones fueron de 411,493 barriles diarios de gasolina y de 145,797 de diesel, de acuerdo con registros de Pemex.
“Al ser bienes de importación que se importan en dólares, efectivamente podría haber un encarecimiento de la gasolina a través del tipo de cambio”, comenta Miriam Grunstein, profesora investigadora de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) e investigadora asociada del Centro de Energía del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM).
La reforma energética en 2014 prevé que se liberalice el mercado de las gasolinas, por lo que a partir de 2018 particulares podrán importar combustible para la venta al público.
El problema, señala el CIDAC, es que el gobierno no ha publicado un programa claro e integral que considere el replanteamiento del IEPS para diseñar un impuesto óptimo. Actualmente, los ingresos por impuestos a combustibles representan 13% de la recaudación fiscal.
“Lo que necesitaríamos es ya estar en ese proceso (de liberalización de mercado), para que se transmitieran los precios al usuario final. Aquí lo que pasa es que el precio final está fijo. Lo resiente el gobierno, en tanto que puede beneficiarle o hacerle un daño”, indica Luis Serra.
“Hasta que no se liberalice el precio de la gasolina en 2018, van a seguir controlados los precios, porque es una forma de recaudar del Estado. Independientemente de que para Pemex pueda salir un poquito más barato, desafortunadamente no creo que vayan a bajar los precios de las gasolinas, pues es más por una política económica”.
México tiene oxígeno adicional con el impuesto a gasolinas para suplir el faltante por ingresos petroleros, pero con un dólar caro y una inminente liberalización del mercado, ese “extra” no durará por mucho tiempo más.
Fuente: Forbes
Sé parte de la conversación