Abandonaron la sala y se creyeron listos. Volvieron a sus oficinas, a sus Suburbans y a poblar los lujosos restaurantes de la ciudad de México, se felicitaron por la astucia y así cerraron un capítulo que para su mala fortuna queda completamente abierto y con una derrota más clara que nunca. La iniciativa Sin Voto No Hay Dinero, presentada por Pedro Kumamoto se quedó sin quorum, así evitaron los diputados del PRI la vergüenza de votar en contra de una iniciativa que crearía incentivos directos para buscar el voto de la ciudadanía y evitaría el negocio partidista y un descomunal derroche de recursos públicos.
Claro, la iniciativa no avanzó, sin embargo, lo que se vivió la semana pasada es el resultado de una clase política que no sólo se ha quedado sin ideas pero también se ha quedado sin salidas. Huyeron de su Congreso, ese que habían declarado suyo por muchos años, en el que se han consumado abusos (impunes) y que ha sido sinónimo de vergüenza y despilfarro durante décadas. Kumamoto, su equipo, Wikipolítica y las organizaciones que promovieron la iniciativa pueden estar satisfechos. Nos quedan sus sillas vacías
Años más tarde éste será un capítulo en la historia de la recuperación de las instituciones mexicanas, un paso importante en la erradicación de una clase política irremediablemente corrupta y desgastada. Recordaremos que fueron ciudadanos organizados alrededor de una iniciativa construyó desde abajo los que hicieron al PRI salir por la puerta de atrás. Que quede como un precedente más de la falsedad y la imposibilidad de confiar en un partido que se ahoga en discursos huecos de austeridad y promesas que nunca se cumplirán. Y tomemos por presagio esas sillas vacías, ésas serán ocupadas por personas que construirán el país que nos siguen negando.
@Pabloricardo2
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