Por Pablo Montaño
En el desesperado intento de invocar una unidad de izquierda que no existe, la crítica al “único” candidato se ha convertido en un terreno de blanco o negro. O se está del lado de AMLO y se guarda canónico silencio, o se es un enemigo de la izquierda y un irremediable aliado del PRI y el PAN, un lacayo salinista, neoliberal recalcitrante y volantero del verde ecologista cuya única aspiración es una selfie de cachete sudado con el líder supremo, por supuesto, Enrique Peña Nieto. En la paranoica desesperación de evitar una tercera derrota presidencial, se promueve una autocensura para “no dividir” y evitar el debilitamiento de AMLO a toda costa. La realidad es que nada le haría mejor a Andrés Manuel que la crítica.
Una parte de mí muere cada vez que veo a AMLO parado frente a una bomba de gasolina leyéndome los precios de la Magna y la Premium, en el mismo tiempo que se tarda en llenar el tanque de una camioneta Explorer modelo 91 de ocho cilindros. La desesperanza se apodera de mí con cada nueva incorporación de aquellos que hace unas semanas se les señalaba como corruptos y mafiosos. O naturalmente, me surge la duda del combate a la corrupción cuando Monreal no es puesto al menor escrutinio por el reparto de contratos a allegados de su administración y a empresas zacatecanas sin experiencia alguna en la Ciudad de México. Sin duda, hay mucho que criticar.
AMLO volverá a ser la carta fuerte para la elección presidencial, pero cabe recordar que a pesar del juego político en su contra, innegable en ambas contiendas, un importante enemigo de la campaña de AMLO termina siendo él. AMLO y Morena necesitan que se exija más de ambos. Si en verdad aspiran a gobernar el Estado de México, deben presentar complejas propuestas para revertir la violencia sistemática que viven las mujeres en ese estado y demandar que Delfina entienda qué exactamente es un feminicidio. Si AMLO pretende una vez más ser presidente debe dejar de plantear el aumento de la gasolina como el azote nacional y dar proyección a los temas que tendrán un impacto profundo en la situación del país: seguridad, pobreza, distribución de la riqueza, salario mínimo, servicios de salud, educación, etc.
El miedo al disenso es natural, los cerrados resultados de las últimas dos elecciones han dejado a los simpatizantes de AMLO buscando culpables entre los que osaron criticar. Olvidan que sólo desde el debate y la crítica se puede construir la propuesta de país que se necesita y no sólo la que hay.
@Pabloricardo2
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