Las redes sociales también son un medio para presionar a la justicia
Casos como los de Lesby Berlín, quien apareció muerta en las instalaciones de Ciudad Universitaria, son tachados por las mismas autoridades, culpando a la víctima de ello
Por Juventino Montelongo
La mañana del pasado miércoles 3 de mayo apareció muerta una mujer en las instalaciones de Ciudad Universitaria. En un principio nadie conocía datos sobre ella ni la causa de la muerte. Si se había suicidado o había sido asesinada.
El cuerpo fue encontrado en los jardines del Instituto de Ingeniería, por lo que el personal que la encontró dio aviso al Ministerio Público para que llevara a cabo las investigaciones correspondientes.
Un día después, la Procuraduría General de Justicia (PGJ) de la Ciudad de México reveló su identidad: Lesby Berlín Osorio, una joven de 22 años de edad, quien se dedicaba a pasear perros.
Sin embargo, la misma Procuraduría dio a conocer detalles en su cuenta de Twitter que ellos juzgaron relevantes en el caso: la joven debía algunas materias de preparatoria, había ingerido alcohol y drogas y además se había regresado sola a casa.
"Te dije que NO" #JusticiaParaLesby #SiMeMatan pic.twitter.com/u2xWQ9RAt7
— Cencos (@cencos) May 5, 2017
Lo anterior logró una serie de duras críticas en dicha red social, por lo que el procurador Rodolfo Ríos Garza instruyó a borrar dichas publicaciones e incluso pidió disculpas por ello.
Uno de los tuits que más causó indignación entre las personas fue el que decía: “#informaPGJ El día de los hechos, la pareja se reunió con varios amigos en CU, donde estuvieron alcoholizándose y drogándose. @rodolforiosg”.
Ello provocó una movilización este viernes en las instalaciones de Ciudad Universitaria, donde decenas de personas, con pancartas en mano, exigieron justicia para Lesby, además de criticar la posición de la PGJ y varios medios de comunicación que, a como trataron la información del caso, pareció que la culpa había sido de la propia víctima.
Sobresale que esta serie de tuits fueron eliminados luego de las críticas en contra de la PGJ. Sin embargo, esta no es la primera vez que tanto las autoridades como usuarios de redes sociales culpan a las víctimas en lugar de voltear al responsable de dicho crimen.
El 31 de julio de 2015, la activista Nadia Vera fue asesinada dentro de un departamento junto con otras personas, entre ellas el fotoperiodista Rubén Espinosa. Antes de que esto sucediera, Vera responsabilizaba al exgobernador Javier Duarte de cualquier cosa que le pudiera pasar.
Después de esto, las autoridades comenzaron a dar una serie de declaraciones en donde culpaban a las víctimas y las relacionaron con el crimen organizado.
A pesar de que Vera y Espinosa huyeron de Veracruz ante las amenazas de muerte que recibían por ejercer su trabajo, terminaron señalados como vendedores de droga, drogadictos y hasta prostitución, ya que en el departamento también encontraron el cuerpo de una mujer procedente de Colombia, motivo suficiente para las autoridades para descalificarlas.
La madrugada del 31 de marzo cuatro personas perdieron la vida tras sufrir un choque sobre la avenida Paseo de la Reforma en la Ciudad de México.
Esto sucedió porque el conductor, quien manejaba ebrio y bajo los influjos de la droga, terminó estrellándose contra un poste.
Pese a que las autoridades dieron a conocer que así sucedieron estos hechos, diferentes usuarios de las redes sociales acusaron que Karla Saldaña, una de las cuatro víctimas, había muerto por “karma”, ya que a pesar de tener pareja, salió sola a divertirse esa noche.
Otros más acusaron que se merecía la muerte por “puta”, ya que una mujer no puede salir sola de su casa, y menos sin el “permiso” de su pareja.
Denunciar el acoso también ha causado molestia entre varios sectores. Las periodistas Tamara de Anda y Andrea Noel fueron víctimas de ello e igual fueron criticadas porque “se lo merecían” o sólo denunciaron para buscar “protagonismo”.
Sin embargo, miles de mujeres se han mostrado en contra de que los medios y las autoridades descalifiquen las muertes al acusar que ellas mismas fueron quienes las provocaron.
“En el caso de Lesby es clarísimo lo que ocurrió. Los tuits emitidos por la PGJCDMX fueron elocuentes en el uso de información para esterotipar/estigmatizar (aunque no fuese su intención abierta, lo lograron): Que Lesby no estudiaba, que tenía problemas con el alcohol, que se había reunido con sus amigos a drogarse horas antes, etc. Eso implica generar una percepción de que existen víctimas buenas y víctimas malas. Las buenas víctimas (que no tienen una conducta moralmente reprobable) merecen justicia, las malas víctimas no la merecen, seguro ‘se buscaron’ acabar así”, dijo en entrevista Elisa Godínez Pérez, doctora en Ciencias Antropológicas.
“En los casos de Tamara de Anda y Andrea Noel es un poco más complejo, pero en resumidas cuentas, igual se les revictimizó al denunciar: se les descalificó por ser de una clase social ‘acomodada’, se les descalificó diciendo que exageraron, que buscaron atención, etc”, criticó Godínez Pérez.
Para la periodista Estefanía Camacho, los casos de revictimización de los casos no son nada casuales, ya que en México se viven casos de violencia generalizada, más en los últimos años.
“Si revisamos bien los medios, a los hombres siempre los pintan como ‘narcos’, como los salvajes, los violadores, los agresores; mientras que las mujeres siempre son las indefensas. Así funcionan los intentos de esclarecimiento por parte de las autoridades mientras que los medios son quienes maximizan estos términos sin responsabilidad ni cuidado de quién pueda resultar susceptible o que sufra algún daño en su imagen (sobre todo si no sustentan con rigor esos datos)”.
“A las mujeres se les suma eso, la condición de serlo encima de esta revictimización, entonces aluden a lugares comunes que puedan vincularlas una especie de justificación para que la audiencia diga ‘Bueno ella/él se lo buscó’ y no volteamos a ver a quiénes son verdaderamente responsables ni se lo exijamos a quienes deben procurar la seguridad”, dijo Camacho.
Cabe recordar que estos hechos no son aislados, ya que según la ONU e Inmujeres, en México cada cuatro minutos ocurre una violación sexual, las mujeres de 15 a 45 años tienen más probabilidades de ser violadas o asesinadas que de contraer cáncer o sida, 40 por ciento de las mujeres ha sufrido algún tipo de abuso y el 70 por ciento de violaciones ocurren en un contexto familiar o social.
Sé parte de la conversación